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Freen Sarocha, una hermosa y joven tailandesa de diecinueve años de edad, se podría decir que es de unas de las personas más adinerada de Bangkok, es poseedora de una herencia que obtuvo gracias a sus padres, se suma que la herencia es de una cantidad de  cien millones de dólares para el resto de su vida, sin contar todos los lujos que recibe desde que era una pequeña niña.

Su vida diaria se resume en autos, hoteles, ropa, joyas, fiestas y viajes. No tiene preocupaciones, no tiene problemas, no necesita trabajar, no se estresa para nada, pues tiene todo lo que tiene y cuando quiere.

Jamás se le ha negado nada

Pero eso no es lo que la hace popular entre los de su misma clase, más bien se hizo conocida por su actitud con los demás, es una chica arrogante, testaruda, egocéntrica y extremadamente engreída y mimada.

Alguien realmente insoportable.

Pero lamentablemente para ella, su padre se estaba dándose cuenta de lo mal que hizo en mal criarla de tal manera, sabía que había cometido un error, y eso era inaceptable y vergonzoso para él. Pero buscaría una solución, una donde Freen no pueda escapar finalmente y aprenda a valorar las cosas y momentos que el dinero no puede dar, una donde por primera vez, no tenga el dominio.

—Becky Armstrong para servirla -sonrió- tengo veinte años soy alguien joven, fuerte, saludable e inteligente. Soy eficiente para cualquier trabajo y puedo hablar cinco idiomas, me va muy bien en técnicas de combate y defensa personal, soy alguien en que puede depositar su confianza fácilmente, no tendrá que preocuparse en los trabajos que me...

—Lo siento -interrumpió la secretaria- pero ahora no necesitamos a nadie, los puestos fueron tomados ayer.

—¿Ayer? -preguntó dudosa- pero...en el afiche decía que las entrevistas serian dos dias

—Y fue publicado un diecisiete, hoy es un veinte -aclaró apenada- créame que sería perfecta para cualquier trabajo, pero ahora todos los puestos están llenos, quizás el próximo mes tengamos un lugar libre para usted.

Becky perdió un poco los animos al escuchar aquello, un mes era mucho para ella, necesitaba un buen trabajó ya para seguir manteniendo a su familia, los pequeños trabajos que realizaba no eran suficientes.

—Entiendo -respondió resignada- fue un error mio, debi de leer bien la publicación, pero tiene razón, quizá vuelva el próximo mes -se puso de pie- perdón por quitarle su tiempo, permiso -sonrió apenada.

—Espere... -Becky giró a verla, esperanzada- puede dejar su número si desea, a veces se desocupan puestos los primeros dias y si así es, puedo llamar la para...

—Por supuesto -respondió rápidamente-usted solo llamame y estaré aquí puntual, no me importa que trabajó sea -la Secretaría sonrió por lo animada que estaba.

❖❖❖

A esa hora, Freen se encuentra en el gran patio de su mansión como siempre lo hacía todas las mañanas, realizaba su rutina de pilates y ejercicios que venía haciendo desde que tenía solo quince años, durante esos cuatro años a logrado tener un cuerpo ensueño, un cuerpo que muchas mujeres envidian y que le encantaba presumir.

Pero había algo que la incomodaba, no podía concentrarse por la mirada idiota que el jardinero tenía en ella, era todo lo que había hecho desde había llegado, ya ni siquiera había cumplido bien su trabajo, se supone que las rosas se deben de cortar, pero claro, pero él cómo se va dar cuenta si esta cortando mirándola a ella.

Freen se enderezó dejando incompleto uno de sus ejercicios y se puso la mano en la cintura, suspiro exhausta y frustrada por la repetida situación, siempre era lo mismo no podía realizar sus ejercicios sin que un baboso se le quedé mirando.

Lovesick Girls [BeckFreen]Where stories live. Discover now