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La casa estaba en silencio, la sala vacía,
el resto de dormitorios a oscuras y
absolutamente nadie al rededor de la gran
mansión.

El lugar solo les pertenecía a ellas, no tenían porque controlar sus gemidos con el temor de.que alguien las escuchara.

Las sábanas aún las cubría y Becky no
apartaba la mirada del rostro de Freen, veía sus expresiones de placer mientras ella la penetraba con sus largos dedos.

Besó su mandíbula y dejó pequeños besos
en su cuello, volviendo a verla de cerca.

Las manos de Becky se aferraban a las sábanas blancas, el pulgar de Freen apretaba su centro y seguía penetrandola, ocasionando más placer en ella.

Sus piernas abiertas se movían indecisas,
sus caderas recibía sus dedos gustosas y su
espalda levemente levantada mientras gemía cuando Becky fue más rápido.

Casi regaña a la castaña cuando esta se
detuvo, pero su centro se contrajo de la
excitación al verla acomodarse entre sus
piernas, ambas disfrutaron el contacto de sus centros y leve movimiento que Becky hizo hacía.arriba para acomodarse mejor.

Volvieron a unir sus labios y la castaña
sostuvo una de las piernas de la castaña, la
hizo colocar en su cadera para tener un mejor control, comenzó un vaivén, al principio lento y delicioso.

Con cada movimiento con más presión y
rapidez, era excitante y placentero para Becky escuchar los gemidos de Freen, las manos de la pelinegra se sostenían de sus brazos y la.respiración jadeante de ambas llenaba la casi oscura habitación.

La cama se mecía ante sus movimientos, sus cuerpo sudorosos pero no cansados, la luz de la luna que iluminaba el rostro de la pelinegra, el abdomen de Becky que se contraía ante cada embestida, era algo que habían estado deseando desde mucho.

Becky se escondió en el cuello de Freen cuando llegó a su éxtasis, gimiendo jadeante cerca.de su oído, sus movimientos fueron bajando la intensidad y al ver que Freen también estaba cerca, bajó su mano comenzando a darle placer con sus dedos hasta que Freen también había llegado.

Sus dedos seguían paseando por los pliegues de su vagina y levantó la mirada, sonriendo cansada al ver a Freen respirar agitada, besó su mejilla con cariño y fue cuando la pelinegra también sonrió aún con timidez y sonrojada.

-¿Ya te cansaste? - Becky preguntó besando alrededor de sus pequeños senos.

-¿Por qué? - la pelinegra tomó su mentón,
atrayendo la en un corto beso.

-Es que yo quiero seguir...-ambas sonrieron
complices - pero si ya estás abuela te
entiendo.

Freen la empujó fuera de la cama - ¡Oye!
Abuela tú, yo soy más joven - se cubrió con
las sábanas que Becky había llevado con la
caída.

-Cariño, solo lo dije de bromita - subió a la
cama y quiso taparse, pero Freen se había
envuelto por completo - Freen, hace frío
no recibió respuesta - Freen, tengo el culo al aire, me voy a congelar.

La pelinegra aguantaba la risa.

-Está bien - abrió la sábana y Becky entró entre sus brazos, ambas comenzaron a reír cuando la castaña la atrajo de la cintura y comenzó a besarla de manera juguetona.

❖❖❖


Al amanecer, Becky despertaba con pequeños y tiernos besos en su nariz, sonrió adormilada y abrió los ojos para encontrarse con su bella novia.

En su lugar encontró frente a ella a una
enorme rata mirándola, Becky gritó aterrada y.volvió a caerse de la cama con todo y sábana.

-¿Qué pasó?- Freen llegaba corriendo, tenía
puesto una bata blanca y traía el cabello
húmedo.

Lovesick Girls [BeckFreen]Where stories live. Discover now