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Freen y Becky se mantenían en silencio,
ninguna quería dar su brazo a torcer, eran
tan orgullosas solo con la otra que darle la
razón era como perder la batalla.

Becky se apoyaba en sus codos y miraba a la pared, ya estaba perdiendo la paciencia, no entendía porque no lo quería romper, si solo era tela y ella tenía demasiado dinero para comprarse miles más.

Freen suspiró y volvió a llevar sus manos al
botón de Becky.

—Hey, dije que no - la castaña sostuvo su
mano.

—Pues no importa, ya llevamos mucho aquí
y no quiero pasar ni un minuto más a tu
lado - intentó romperlo pero Becky trataba
de evitarlo, comenzando a batallar sobre la
cama sin despegarse.

—¡Pare! - gruñó - ¡Si lo rompe me va a comprar otro! ¡Se lo advierto! - Becky se removía mucho así que la pelinegra la envolvió con sus piernas, Jennie no se detenía en su intento de romperlo pero Becky sostenía sus manos con fuerza - ¡ah, pues sí eso quiere! -Becky llevó su mano a su brazier también.

—¡No!

Seguían peleando de manera tan infantil.

De pronto de congelaron cuando escucharon un ruido en la puerta, el pánico en sus miradas era evidente al verse.

Becky abrazó rápidamente a Freen y las hizo girar para caer de la cama, al lado contrario de la puerta.

—Aush - que quejó Freen, pues Becky había
caído sobre ella.

—Shhhh - susurró Becky.

—¿Señorita? - una de la empleadas se asomaba tras la puerta - ¿Señorita, Freen? - ambas mantenían silencio para que no las atraparan - no está, podemos entrar - mencionó la joven muchacha.

—¿Estás segura? Creo haberla visto entrar
con la jardinera - su compañera la siguió,
sostenían en sus manos nuevas toallas y
productos de aseo.

—Como sea, no están aquí - salió del bafño,
ya había dejado las toallas y ahora traía
las usadas - ¿Vas a ir al cumpleaños de tu
sobrina?

Su compañera rió, estaba colocando los
nuevos productos al lado del espejo del baño.

—¿Crees que esa bruja me dejará permiso?
- ambas rieron - ni siquiera es necesario
consultarle, ya sabemos su respuesta.

—No entiendo porqué siempre anda enfadada, si lo tiene absolutamente todo, ya quisiera yo vivir en una mansión así.

—¿Todo? Le falta el cariño de su madre - volvió a reír.

—Con razón creció siendo una amargada, y su padre trabajando las veinticuatro horas, se volvió más detestable.

Becky pudo percibir la incomodidad en los ojos de la pelinegra, se veían tristes.

—Al menos la señora Sarocha nos trataba bien, lastima lo que le pasó.

—Todo hubiera estado bien si su hija no se
hubiera metido, ella seguiría con vida y no
tendríamos que soportar el mal trato esa.

Becky tensó la mandíbula con amargura
cuando vió los ojos de Freen cristalizarse,
¿Así era como hablaban de ella? ¿De manera tan cruel?

La jardinera tomó el botón de su camisa
para romperlo, quería callarlas de una vez,
pero Freen la detuvo, negando, una lágrima resbaló por su mejilla.

—Según lo que tengo entendido, ella planea
irse a los Estados Unidos cuando cumpla
veinte, así que solo debemos aguantarla unos meses más - se dirigió a la puerta.

Lovesick Girls [BeckFreen]Where stories live. Discover now