Pájaro Musical

12 5 91
                                    

Incluso con las espesas y oscuras nubes afuera todavía es de mañana, quizá las diez u once de la mañana

Oops! This image does not follow our content guidelines. To continue publishing, please remove it or upload a different image.

Incluso con las espesas y oscuras nubes afuera todavía es de mañana, quizá las diez u once de la mañana. Las chicas están conmigo, la pasamos bien entre ir al spa personal que hay en la casa, las rutinas de belleza y leer novelas, excepto por una de nosotras que se leyó un comic de Marvel. Todo salió tan bien excepto por un pequeño gran detalle.

—Es increíble la cantidad de espacio que tienes en esta habitación —dijo una de ellas.

Sí, las seis estamos en mi habitación, desearía que en su lugar estuviésemos en la sala o en el spa, pero justo aquí. No quiero que se enteren de mi afición secreta, la última vez que alguna de mis amigas lo supo, no salió bien; me refiero a Reila. Aquel tiempo fui tan tonta de decirle que creo en la magia e incluso contarle algo de lo que pasó con Madame Deaynéi.

—Sí, tengo mucho espacio y es genial poder compartirlo con ustedes —dije, tratando de no fruncir ciertos músculos del rostro.

—Chicas, qué les parece si hablamos de lo que será de nosotras cuando vayamos a la universidad —habló Jess con su tan característica elocuencia.

—Es una buena idea —respondió Sam al bajar el comic que leyó.

—Si nadie quiere comenzar, lo haré yo —Jess se puso arriba después de que ninguna lo hiciera. —Cuando sea el primer día cursando Moda y Diseño en la Universidad Superior de Jeervalya, quiero que toda la clase se entere que no vengo a ser una más del montón. Quiero hacer un montón de amigas, claro que no las olvidaré, nenas. Pienso tener los pies en la tierra siempre.

—Eso suena tan tú —le dije. Ella retomó su lugar en el piso.

—Mi turno —tomó la palabra Sam—. Estudiaré física, ustedes saben en cuál universidad. Pienso dedicar mi vida a eso.

Volvió a su asiento. Las demás, una por una, repitieron la dinámica. Al final, antes de que pudiera decir qué sería de mí, por iniciativa de Jess, quedamos en colocarnos ropa igual las seis. Como supe que este día llegaría, una vez mandé a que hicieran seis conjuntos iguales, pero de diferentes tallas, pedí que el mío no fuera tan entallado, en especial porque tengo, atributos superiores, o lolas si le prefieren decir, un poco más llamativas que el de mis amigas.

Todo iba bien hasta que vi que Adeline observó de reojo ciertos lugares, luego ella se vio a sí misma en el pecho y también a las demás. Hice una mueca para desviar la atención, es mi amiga, me corresponde ayudarla.

—Adi, ¿estás bien? —le pregunté sin rencores ni remordimiento.

—Eh, sí, sí, no veo por qué debería estar mal —volteó su cabeza, no dejé de mirarla—. Es increíble que tengamos dieciocho años, el tiempo se fue en un pis-pas —intentó mandar la conversación hacia un rumbo diferente, tengo que persuadirla.

—Si te sientes mal por la ropa, déjame decirte que las seis nos vemos fenomenales, no hay ninguna que se vea mejor o peor, ¿verdad chicas? —choqué el codo contra Sam que movió un par de centímetros el cojín que seguro tomó de la cama.

Juego de un MilnombresWhere stories live. Discover now