17.

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~Isana Martin~

Sabía que mi hermana prefería los autos, pero no podía costear uno nuevo, así que le regalaría mi antigua motocicleta.

Había tenido esa Vespa desde que Nisa tenía doce y creo que ya era momento de cambiarla, por eso se la daría a ella, ya estaba en edad para poder moverse a donde quisiera sin depender de nadie.

Una lágrima solitaria rodó por su mejilla al no creer lo que estaba pasando.

Tenía a la hermanita más sentimental del mundo, eso lo tenía claro, pero sabía que estaba emocionada por su nuevo regalo y quería estrenarlo cuando antes; quizás no había sido el mejor momento para dársela pues pretendía esperar hasta que cumpliera los dieciocho, aunque tras los acontecimientos del último mes ya no quería verla caminar desde el instituto todos los días, no se me ocurría mejor época para dársela.

—¡Isana, eres la mejor hermana del mundo! Si, ya lo sé —bromeé —. Vas a llegar tarde Nisa, así que apresurate —le lancé las llaves de la motocicleta para quitarle esa expresión de estupefacción que tenía.

—Lo siento, todavía no lo puedo creer. ¿De verdad es mía? —me preguntó con incredulidad en su voz, asentí y su boca casi cayó al suelo, mi hermana sí que es fácil de impresionar —. ¡Ay dios mío! ¡Te amo! ¡Muchas gracias! ¡Eres la mejor!

—Eso fue lo que dije.

Para mí, ver a mi hermana feliz era de los mejores momentos de mi vida.

¡Es súper tarde! Debo irme ya. ¡Muchas gracias en serio! —la sonrisa en su rostro iluminaba todo a su alrededor y me recordó a cuando éramos niñas —. Oye, ¿me ayudas a sacarla de aquí?

—Evora, si sabes conducir, ¿cierto? —cuestione y ella asintió, no se veía muy convencida—. Recuérdame comprarte un casco, hermanita.

Ignoró mi preocupación y encendió el vehículo.

—Cuidado con los automóviles, maneja con precaución —dije —. Ah, y no olvides llegar a tiempo.

No quería apresurarla, pero sabía lo exigente que se había vuelto la directora con ella.

—Isana, ¡en verdad gracias! —dijo —. Ahora sí, te veo luego —la motocicleta comenzó a alejarse y yo entré a casa justo para recibir una llamada.

—Lamento no haber contestado antes amor, estaba un poco ocupada.

—Ah, descuida, paso por ti en quince minutos. ¿Estas lista para el gran día? —cuestiona.

—Basta de llamarlo así, solo iremos a probar los platillos para la boda.

~×~

~Evora Martin~

¡Una motocicleta nueva!

Podía ser que mi hermana se sintiera todavía un poco culpable sobre cómo había acabado descubriendo que estaba hablando con Atlas, o simplemente era una hermana genial, de cualquier forma ahora tenía un medio de transporte propio y era asombroso.

—¿Quien necesita un auto cuando tienes una motocicleta? —dije para mi misma cuando estacione —. ¡Ahora a correr a clases!

Jamás había sido la alumna más puntual, así que a la profesora de biología no le asombro mi retraso.

—Ingresando tarde a las clases. Eso ya debería ser un distintivo de ti —mi compañero de mesa empezó a molestar —. Evora Martin, sinónimo de impuntualidad.

Am I the one?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora