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~Evora Martin~

Me deslizo por el salón de belleza.

—¡Voy yo! Por favor, he estado esperando por más de una hora. Hoy es mi baile de graduación y seré la reina, por favor señora White, tenga piedad —rogué y ella se compadeció de mi situación, no sin antes soltar una risita que tuve que pasar por alto ya que me atendería aún sin ser mi turno —. ¡Aleluya! ¡Dios es bueno! —continue exagerando y ella rió.

Ella y yo solíamos compartir casi todas las tardes de los viernes cuando mamá aún vivía y quería hacerse un toque en su peluca.

—Ok, ¿que tienes en mente? —dijo —. ¿Ondas, cabello lacio, ambos?

—Solo asegúrate de que quede bien, confío en tu buen gusto y en tu profesionalismo —le afirmé.

—¡Increíble! Hagamos magia entonces.

—Oh, solo hay un detalle, el baile unicia en menos de dos horas —comento.

Esta bien si llego tarde. Ya saben lo que dicen: "una reina jamás llega tarde, los demás llegan temprano".

La señora White se quedó en completo silencio para concentrarse mejor y que el look final fuera digno de una pasarela de modas.

~×~

Mi cuerpo se sentía cansado y dejó parte de sus horas de sueño en la noche anterior pero eso no sería impedimento para mi gran noche.

—Gracias por todo señora White, ¡quedó estupendo!

Mi peinado era sencillo, pero hermoso. Consistía en unas ondas que caían como cascadas detrás de mis hombros y resaltaban las facciones de mi rostro.

—Seguramente a mi madre le habría encantado también, ¡muchas gracias! —le volví a agradecer y ella me abrazó con nada más que felicidad en su rostro.

Isana nos informó que era tiempo de irnos y después de pagar por el servicio nos fuimos.

—La señora White sí que hizo magia, ¡pareces modelo, hermanita!

—Un chiste más sobre mi aspecto y voy a cortar tu vestido de novia.

Lo decía en serio, con mi imagen no se metía nadie.

No despegaron sus ojos de mí durante todo el trayecto hacia el instituto; mi padre se había vuelto Don Celoso y quería que cambiara mi vestido, mientras que Isa parecía embelesada por mi imagen.

—Ok, hija, hemos llegado. Por favor portate bien y recuerda que no importa lo que pase esta noche, tu siempre serás mi princesita —me abraza mientras me da su discurso de padre del año, mis ojos ya están húmedos y llenos de lágrimas.

—¿Eso qué? ¡Tu eres una ganadora, ve y aplasta a esa pelirroja teñida! —su grito de guerra me hizo soltar una lagrimita que casi me hace arruinar mi maquillaje.

Fruncí la nariz para sorber los mocos que se habían formado por mis lágrimas y me preparé para encontrarme con mis mejores amigos en la entrada; la noche tenía la pinta de que sería perfecta y lo único que me hacía falta para que así fuera era que mamá y Benjamín estuvieran conmigo en mi gran momento, aunque sabía que eso ni siquiera era posible, tenía esperanza de sentirlos cerca durante la velada. Hice a un lado el sentimiento de nostalgia cuando Clover se asomó delante de la puerta del auto, abrió la puerta y me dio la mano para que bajara del coche, me despedí de mi padre y hermana para después encaminarnos a nuestra preciada noche del baile de graduación, solo esperaba que todo saliera bien.

Am I the one?Where stories live. Discover now