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~Evora Martin~

Se acercaba el baile, las votaciones ya habían comenzado y esperaba poder ganarlas, aunque no me preocupaba mucho en este momento.

El problema era otro.

Realmente quería ir al baile con una pareja que valiera la pena, eso lo tenía claro desde niña, pero ahora que estaba tan cerca y tenía un novio maravilloso me asustaba que no me lo pidiera.

—¡Menos de un mes para el baile y todavía no tengo una cita! —le cuento a mi hermana —. Él va a ir conmigo, ¿cierto?

—Recuerda que Clov no es mucho de socializar, quizás no quiera ir al baile —la serenidad en su voz me angustia más de lo que ya estaba, ella lo nota y continua: —Lo que intento decir es que, quizás seas tú la que deba preguntarle. Estamos en el siglo XXI hermana, ¡las chicas pueden hacer eso!

—¡Gran idea! Tienes razón, voy a pedirle que sea mi cita.

—Todo el tiempo tengo la razón, Evora. No te sorprendas —bromea conmigo.

—Debería llamar al florista, tengo que pedirle ayuda a su hermano, también necesito un cartel y un megáfono —digo —. ¿Pedir un cañón de confeti sería mucho? —ella solo estalla en carcajadas al ver mi exageración con el asunto.

—Y pensé que la exagerada era yo.

Me gusta hacer las cosas a lo grande ¿ok?

—Recuerdame darte una insípida carta de felicitaciones cuando te cases, gracias por tu apoyo Isana.

El resto de la tarde lo pasamos planeando que es lo que haremos al día siguiente para que Clover acepte ser mi cita al baile de graduación, Isana y Atlas son mis aliados en esta misión.

~×~

~

Clover Levesque~

Odiaba los eventos sociales, no me gustaba estar rodeado de tantas personas y mucho menos ser el centro de atención, pero debía hacer una excepción si quería invitar a mi novia al baile.

—Oye, ¿estas en casa? —mi hermano habla apenas atiendo la llamada.

—Es domingo ¿donde más estaría? —la irritabilidad en mi voz es evidente y eso lo hace reír —. Como sea, ¿que es lo que quieres?

—Tengo que comprar mi traje para el baile porque Lea quiere que utilice uno que combine con su vestido. Tu sabes que odio ir de compras con las chicas, ¿me acompañas? —no es un plan muy sugerente, pero quizás podría conseguir un traje para mi de una vez, así que accedo —. Ok, paso por ti en diez minutos, ve arreglandote. Por cierto, ya me acabé mi mesada, ¿lo pagarías tú?

—Ok, ¡pero tendrás que devolvermelo!

Jamás lo hace.

—Si si, ahora sal que estoy afuera —tomo una chaqueta y me subo al auto.

—Podias ir tú solo, me llamaste para que pagara, ¿cierto? —le pregunto al ver que la novia de mi hermano no está en el auto.

—Eres muy perspicaz —me responde cuando ingresamos al centro comercial.

—Realmente no entiendo cómo es que sigo cayendo en tus planes malévolos, Atlas. Pero esta vez vas a tener que ayudarme con algo a cambio —le condiciono —. Tendrás que ayudarme a pedirle a Nisa que sea mi cita para el baile.

No iba a aceptar sus chantajes.

—Intenta negarte y no vas a tener tu traje —le recuerdo, él acepta —. Bien, entonces ¿Atlas, como le pides a alguien ir al baile?

La sonrisa en su rostro me asusta.

—Debes tener un gesto romántico, pero discreto. Yo te enseñaré, hermanito —me da una sonrisa de lado y no hace nada para apaciguar la preocupación que siento, aunque yo mismo me busqué esto, yo pedí su ayuda —. Ok, primero necesitamos encontrar una joyería.

—Hay una en el segundo nivel, pero no entiendo Atlas, ¿por que necesitamos joyas?

—Asi es como le pedirás que vaya contigo —la sonrisa engreída vuelve a aparecer y yo cada vez me arrepiento más de haber solicitado su apoyo.

—¿Isana estará libre? Quizás deba pedirle consejos a ella —él rueda los ojos y yo no puedo evitar soltar una carcajada.

—Wow, gracias por el voto de confianza —comenta.

—No estoy seguro de tu idea hermano, ¿en verdad crees que ella va a aceptar una pulsera cara en vez de una tarjeta hecha a mano?

—Un bonito diamante siempre ha sido el mejor amigo de cualquier chica, confía en mí.

Atlas llama a una jovencita que trabaja en la joyería, después de escoger la pulsera adecuada y grabar la pregunta en ella salimos de la tienda. Espero que Evora diga que sí.

~×~

~Atlas Levesque~

Por años, mi hermano había estado enamorado de nuestra mejor amiga, me alegraba que ahora eran una feliz pareja.

Al estar juntos se veían tan felices.

Recuerdo que en el baile de fin de curso de noveno grado, Clov no había asistido y nuestra mejor amiga había ido sin alguna cita, por lo que me entusiasmaba la idea de que este baile fuera diferente.

Era el mejor amigo de ambos y eso me obligaba a apoyarlos a los dos por igual.

Cuando ella me pidió ayuda para pedirle a mi hermanito que fuera su cita no pude negarme, y cuando él me pidió lo mismo supe que cupido debía estar odiandome por quedarme con su trabajo.

Era el día. Hoy todos pedirían a su persona especial que los acompañara al baile.

Realmente a mí no me preocupaba mucho, Lea había sido clara desde un principio: yo iría con ella cuando ganara la corona a reina del baile. Por eso había accedido a esta locura de ser cupido por un día y aquí estaba, con mi mejor amiga a punto de ejecutar su plan.

—Unos minutos más. Necesito que todo esté perfecto para cuando venga —informa.

—¿Harás de esto una costumbre? Porque no puedo estar yendo a atender cada una de tus locuras, Evora.

—Un descanso de ser chaperon es todo lo que necesitas —ella me sonríe y ambos vemos con preocupación a nuestra pequeña exagerada —. Creo que ya está todo listo, relájate.

No había parado de repasar la lista de preparativos para su sorpresa y ahora solo esperábamos a que él apareciera.

—Tranquila Nisa, tenemos todo listo. Los globos están inflados, el cañón de confeti está listo para disparar cuando entre, el cartel caerá en cuanto des la señal y faltan solo dos minutos para que inicie la práctica del equipo. Solo relájate y luce bonita —pide.

—Ok, es hora. Todos a sus posiciones.

Sería épico.

—Y... ¡Ahora! —la confusión en el rostro de mi hermano dio paso a una expresión de felicidad completa que se contagió a todos los presentes expectantes por la respuesta.

—¡Es un sí! ¡Dijo que sí!

—Oh, ¡que viva el amor!

Evora y Clover se besaron mientras el resto del aquipo, Isana y yo éramos espectadores del bonito momento. Mi hermano le entregó la pulsera que habíamos comprado el día anterior y mi mejor amiga casi llora de la emoción, mi trabajo estaba hecho. Cupido, lo que sigue es tarea tuya.

Am I the one?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora