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~Evora Martin~

¿Como podía ser que el tiempo pasara tan rápido? Estábamos a tan solo cinco días del baile de graduación y mi suspensión terminaría en menos de veinticuatro horas, no había sido aburrida después de todo.

—La última película e iré a dormir, Isa. Mañana debo verme radiante para mi público votante que espera a esta reina —dije —. Oye, no me veas así. Esta belleza no se consigue tan fácil como crees —solo logré que me aventara una almohada a la cara.

Voy hacia mi habitación.

—Tenia entendido que tú fiebre por ser la reina del baile había quedado atrás, ¿que pasó, Nisa? —dice —.
A menos que todo haya sido una farsa para engañarme —hace un drama.

—Sí me pasó "la fiebre por ser la reina", pero eso no impide que mañana vaya a presentarme como la candidata que soy —le respondo, mientras busco que vestido sería apropiado usar —. Una cosa no tiene que ver con la otra.

Observo todo mi clóset con detenimiento y llego a la conclusión de que no hay nada cautivador que grite: «¡He vuelto, perras!».

—¿Será que papá me adelanta la mesada? Necesito ir por ropa, no tengo nada —le digo —. A no ser que tú quieras prestarme ropa.

—Lo que sea, hermana. Yo solo quiero continuar con el maratón de Los juegos del hambre, lo habías prometido —me dijo —. Solía usar este vestido cuando estaba soltera y salía a fiestas, puedes ponértelo.

—¡Gracias, es perfecto! —digo —. Mañana todas las miradas estarán puestas en mi. Ni siquiera tendré que esforzarme.

—Ay, hermanita, tu nunca cambias —me dice cansada y yo le dedico una mala mirada —. Ok, ahora sí vamos a ver a Josh Hutcherson.

—¡Muy bien! Veamos tus absurdas películas.

—¡Deja de llamarlas así, Nisa! —dice —. Terminarás enamorada de Peeta, ya verás.

—No, puedes tenerlo por seguro. Yo estoy enamorada de Clover, ¿recuerdas?

Ay, mi guapo. ¿Que habrá hecho todos estos días?

—¡Eres insoportable! —bromea.

—Si, pero aún así me amas y lo sabes —le doy una sonrisa de suficiencia y ella rueda los ojos —. Mejor pon la película, quiero que esta tortura termine cuanto antes —ella le da play e inicia el último filme de la saga.

—¡En serio es imposible que no se te haga guapo!

—Obviamente tenemos percepciones diferentes en cuanto a que es atractivo, prueba de ello es tu prometido —estallo en una carcajada y ella me golpea con una almohada.

—¡Eres de lo peor!

Isana dejó de quejarse por el resto de la película y cuando por fin terminamos su afamado maratón me dirigí a mi habitación, estaba agotada y debía dormir.

~Clover Levesque~

Ya mañana la vería.

Estaba ansioso y quizás se debía a que era la primera vez que estábamos tanto tiempo separados.

Atlas se reía de mi en mi cara.

Realmente podía ser un grano en el trasero cuando se lo propone. Yo sabía que él no estaba enamorado de Lea, pero eso no le daba derecho a fastidiar la vida romántica de los demás.

Solo me dí la vuelta y salí del cuarto de juegos, ni siquiera sabía por que había ido a parar ahí para empezar.

—¡Hermano, vamos! ¿En verdad te molestaste por eso? —decia sin poder contener la pizca de burla en su voz, lo que hizo que no me detuviera a escucharlo —. Esta bien, está bien, perdoname, no fue gracioso.

—Vete, voy a llamar a Evora, a ella sí le interesa mi amor —solo conseguí que se riera más, entonces cerré la puerta de mi habitación en su cara.

—¡Amargado!

Lo juro por Dios que no lo he sacado de mi vida solo porque es mi gemelo.

—Hola, ¿que tal todo? ¿Lista para mañana?

—Hola cariño, pues todo bien. Estoy ansiosa por mi regreso, espero que las personas no me odien, si tengo que ser honesta.

—¡Ay, dios! ¡Pronto vamos a morir! ¿Desde cuándo tú te pones ansiosa por la opinión de los demás? —le pregunto y ella intenta esconder su cara entre sus almohadas para que no la vea a través de la pantalla —. Un rumor bobo no debe detenerte.

—¡Ya lo sé! Pero es inevitable no pensar en eso —dice arrugando su nariz, como cada vez que hace cuando se frustra, lo que me arranca una sonrisa al percatarme de lo tierna que se ve.

—Creo en ti, eres capaz de esto y mucho más. Pero, ¿hay algo que pueda hacer para que te sientas mejor? —cuestiono.

—Un beso para calmar los nervios no estaría mal.

Pasamos unos minutos más en videollamada hasta que el sueño nos impide continuar hablando. Nos despedimos con la promesa de vernos al día siguiente y al cerrar mis ojos la última imagen que llega a mi cabeza es la de mi tierna niña, de mi hermosa novia: Evora Martin.

Am I the one?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora