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La euforia de Zhan era tan grande que sentía a su corazón salirse de su pecho, su cuerpo levitar y una gran paz y alivio se instaló en su cuerpo. Al fin había encontrado a su alfa, al fin tendría un compañero de vida, al fin tendría aquella persona que lo amaría y protegería al igual que él lo haría con el alfa.

Zhan apretó sus puños e inhaló profundamente el aroma del hombre frente a él.

"Te encontré... prometo ser el viento en tus alas, el apoyo de tu vida y hacerte feliz cada día. No te defraudaré... no a ti"

- ¿Joven? - habló un chico nervioso junto al alfa - Disculpa, el señor Wang no concede entrevistas ni conferencias privadas - el chico pasó su vista del Omega con ojos chispeantes al alfa, de mirada asesina.

Tragó grueso y rogó a los cielos que su jefe no se desquitará con el niño.

Zhan se aclaró la garganta y habló mientras veía aquellas cuencas cafés - Hola, mi nombre es Xiao Zhan - Notó que el alfa se tensó al escuchar su voz - Tú eres mi...

- No necesito esto - el alfa lo dejo con las palabras en la boca y caminó recto sin mirar atrás.

Las tres personas, sorprendidas por el acto brusco del hombre, le dieron una mirada de disculpa a zhan antes de perseguir al alfa que maldecía y tiraba de su corbata con enojo.

El Omega giró viendo la espalda del hombre mayor, llevó una mano a su pecho y sintió como este temblaba con fuerza debido a los latidos de su corazón.

"¡Su voz!"

Zhan se sonrojó al recordar la voz fría y dominante del contrario.

Su alfa es el hombre más guapo que ha visto en toda su vida.

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Zhan llegó contento a su casa, saludó a su mamá con un beso en la mejilla y un abrazo de oso a su papá, ambos extrañados por el comportamiento de su hijo, decidieron preguntar.

- Pasó algo bueno, ¿no es así? - preguntó su mamá con sospecha

Zhan miró a sus padres que estaban sentados en la sala. Sonrió en grande y brinco juntando sus manos cerca de su rostro.

- ¡Lo encontré, mamá! ¡Lo encontré al fin! ¡Mi alfa!

Sus padres borraron sus sonrisas y se miraron con lentitud, la incredulidad y preocupación en sus rostros era palpable. La señora Xiao, se aclaró la garganta antes de hablar y mirar a su niño.

- Zhan, escucha...

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Wang Yibo, estaba más que molesto, estaba iracundo, el haber encontrado a su Omega, era sumamente molesto e innecesario, conocía a muchos que deseaban encontrar a su otra mitad y nunca lo han hecho, en cambio, él que disfrutaba de su vida y libertad había encontrado aquella que jamás había buscado.

Un Omega.

Y para colmo, era un niño inmaduro de quince años.

Cerró sus ojos con pesar y se recargó en el cabezal del sofá.

- ¿Por qué te tuve que encontrar? - susurró, recordando el olor perfecto del niño - ¿Por qué tiene que ser alguien como tú?

Sintió un cuerpo subir a su regazo y unas manos acariciar su pecho.

- Vamos, cariño. Deja de pensar en eso - el Omega se acercó a su oído - Deja que me encargue de ti.

Yibo abrió sus ojos y sonrió a Wen Huan. Si tuviera que casarse con un Omega, solo sería con él.

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