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Zhan evito voltear los ojos al ver al alfa sonriente en una de las mesas del restaurante. Wang mostraba aquella sonrisa que provocaba que se cayeran tus bragas, mientras lo saludaba con la mano.

Escuchó a su espalda, los susurros emocionados de las chicas de su escuela. Caminó a él mostrando toda su molestia, se detuvo frente a su mesa y Yibo tomó una bolsa de mercado que estaba en el asiento de a lado, deslizandola por la mesa para acercarla a él.

Zhan alzó la ceja en forma de pregunta. Si podía evitarlo, no hablaba con el alfa.

— Te compre fruta, algunas son de temporada, así que están frescas — el alfa abrió la bolsa de tela y mostró la variedad de fruta, sacó de la bolsa varias de esta para mostrarle — Podrías llevarte a la escuela algunas con yogurt, o comer alguna antes de ir a tus clases. — volvió a meter sus regalos para entregarle la bolsa a Zhan.

Zhan solo miró sin emoción la bolsa, sacó de su mandil una pequeña libreta y el lapizero — ¿Qué vas a ordenar?

Yibo, al parecer acostumbrado a la dinámica, volvió a dejar la bolsa en la mesa y miró brevemente el menú — Quiero unos camarones salteados, con fideos de frijol y unos dumplings de carne.

Yibo lo miró, apreciando todas las facciones del menor — Si sigues arrugando el ceño, se te va a marcar — dijo con cariño

— ¿Lo dices por experiencia? — fue lo único que dijo Zhan, antes de darse la vuelta y darle la orden a su papá, mientras se alejaba escuchó la leve risa de Yibo a su espalda.

— Gracias por la comida — le dijo Wang alzando su voz lo suficiente para que el Omega lo escuchará.

Zhan que limpiaba la barra, no se molestó en voltear.  Escuchó unos pasos detrás de él, yapretó los labios molestó, arrugó el paño en su mano y se volteó decidido a decirle que se detuviera.

Así era desde aquel día que había mojado a Yibo en la entrada de la cocina. El alfa estaba mojado de pies a cabeza, de su cuerpo salía el aroma apestoso, y su cabello guardaba la suciedad y las pequeñas basuras del agua sucia. Sabía que nadie lo había humillado así, por eso tuvó una gran satisfacción cuando vio su cara de perplejidad.

Ojalá el alfa se hubiera ido y nunca regresado. Se fue, pero el muy canalla volvió.

Cada día, al anochecer, un par de horas después de que Zhan ayudará a sus padres después de la escuela, Yibo estaba allí para pedir su cena, comía, trataba de platicar con él, le regalaba algo y luego se marchaba, junto a la promesa de volver al dia siguiente.

Al inicio él le ignoraba, su madre era la que tomaba la orden, pero un día, su madre le dijo que lo hiciera.

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— ¿Por qué? — preguntó mientras veía al alfa. Yibo se removía incómodo en la silla, y veía el menú con una mueca. — Debería de aventarle más agua sucia — murmuró con un puchero

— Porque no es nadie — miró a su madre — solo es otro cliente que no sabe lo que quiere y de seguro no disfrutará la clase de comida grasosa y deliciosa que hacemos. Se cansará muy pronto. — su mamá tomó una charola — personas como él, no pertenecen a nuestro mundo, ZhanZhan — se dio la vuelta y dejo a su hijo.

Zhan solo suspiró y se armó de valor.

"Solo es un cliente más"

Fue al alfa, que al notarlo sonrió en grande. Zhan tragó y su lobo se rio, cuando sintieron la felicidad del alfa por medio del lazo.

Nuestro Destino Opowieści tętniące życiem. Odkryj je teraz