🍃4🍃

579 111 23
                                    

๑ ❥ ๑

- ¡Zhan, deja de refunfuñar y batea de una vez! - Krist le gritó desde el otro lado del campo.

Zhan tronó la boca en forma berrinchuda y se posicionó en la zona del bateador, alzó el bate y fijó su atención a la pelota, no parpadeó en cuanto el pícher lanzó con rapidez, golpeando, al igual de rápido que un rayo su bate.

La bola salió volando hasta el otro lado del campo. El equipo de Zhan festejó y corrieron por todas las bases, contentos de haber ganado durante el entrenamiento, de seguro ganarían en el partido del próximo mes.

Krist se acercó a Will - ¿Qué tiene Zhan? - ambos fijaron su vista al Omega deprimido.

Will suspiró y negó con la cabeza - Encontró a su estúpido y engreído alfa

Conociendo el tono, Krist solo hizo una mueca triste y se acercó al Omega que corría hasta la última base.

Will solo vio a su amigo y suspiró

"Déjalo ser, se dará cuenta demasiado tarde" su pensamiento se profundizó cuando vio al maestro Hannibal charlar animosamente con la maestra Bedelía.

Todo Omega debía pasar por este dolor. Nadie se libra del dolor del primer amor...

De la primera ilusión.

๑ ❥ ๑

Zhan llegó al departamento del alfa con las compras para la cena, básicamente corrió después de clases para comprar la despensa y llegar a limpiar el departamento. Se movió con agilidad por el departamento, puso la ropa sucia a lavar, planchó los trajes del alfa y los acomodó en su habitación, aspiró todo el lugar, sacudió las cortinas, esponjo los cojines y pulió cada espacio hasta dejarlo limpio.

Miró con satisfacción el lugar y suspiró con una leve sonrisa, se limpió el sudor de la frente y pasó su vista para revisar que todo estuviera en orden. Al verificar el resultado giró a la cocina y reviso su guiso que estaba hirviendo, sacó la olla de la estufa y pico cilantro para el alfa. Minutos más tarde, escuchó el timbre del horno y con un guante sacó la charola de muffins con mora azul, el olor llegó a su nariz y maravillo si olfato.

"De seguro le gustará la cena"

Se asomó al reloj de la sala y se asustó al ver que pronto darían las siete, usualmente su alfa llega a esa hora, así que corriendo fue al baño y se dio una rápida ducha.
Salió de su habitación con el cabello acomodado, un ligero maquillaje en su rostro y una ropa cómoda, pero bonita.

Se fijó en el reloj notando que ya pasaban de las seis.
Se mordió el labio y miró el teléfono en la estancia, indeciso por marcarle al alfa o no.
La última vez que lo hizo, Yibo le dijo cosas horribles como:

"¿Quién crees que eres para cuestionar dónde estoy?"

"No olvides tu lugar, solo eres un Omega más"

"Omegas como tú se encuentran en todos lados, no hagas que me arrepienta de tenerte en mi casa"

"Deberías agradecer que no estoy cogiendo delante ti y que tengo la decencia de irme a otra parte"

"Solo cállate y espera, como siempre.
No tienes nada mejor que hacer"

"Si vuelves a marcar para una de tus estupideces, dormirás afuera"

Zhan suspiró e hizo un puchero

"Mi alfa es difícil de tratar"

En el último mes de convivencia con Yibo, Zhan aprendió sus gustos y manías solo con observarlo, cada cosa que creía que el alfa necesitaría, Zhan se lo daba. Desde prepararle bocadillos nocturnos, hacerle masajes en la espalda o pies, tener compresas frías para las jaquecas del mayor o tener lista la cena y el baño en cuanto llegara de un largo día de trabajo, lo que fuera, por más difícil o tedioso que fuera, Zhan lo hacía para él.

Nuestro Destino Donde viven las historias. Descúbrelo ahora