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Yibo salió con gritos iracundos a su espalda, se podía ver al conjunto de personas furiosas alrededor de la mesa, pero todo sonido cesó cuando las puertas se cerraron tras él. No detuvo su caminata y se dirigió al elevador, para llegar al estacionamiento y por fin irse junto a su lindo pequeño.

Cerró sus ojos, recargando la cabeza contra la pared metal, apretó sus puños con furia al recordar el descaro del señor Ling, el de su padre y la hipocresía de su hermano.

"¿Cómo podía haber personas que juzgarán a su bebé sin conocerlo?"

Una sonrisa con dolor se asomó en su rostro, reconociendo la ironía en su pensamiento.

"Fuiste igual a ellos"

Abrió sus ojos mirando hacia arriba.

"¿Qué debo hacer para recuperarlo?"

Recordó con rapidez cada detalle que Zhan le dio, y la forma en la que él la pago. Solo lo necesitaba una vez, solo una vez, y lo abandonó. ¿Cómo recuperar la confianza de alguien que te ama?

Para empezar, ¿Zhan seguía amándolo?
Sabía que sí, pero cada día dudaba más de aquella respuesta. Zhan se había rendido con él, el Zhan que lo amaba sin esperar nada a cambio, sabía que era imposible recuperarlo, pero no podía dejar las cosas así, debía intentar estar cerca de su bebé, por lo menos protegerlo como no había hecho, y tal vez algún día Zhan lo perdonaria, pero dudaba que lo aceptará como su alfa.

Lo bueno de caer hasta el fondo, es que no podía hundirse más.

Las puertas del ascensor se abrieron, subió a su auto y condujo hacía el distrito comercial. Debía comprarle deliciosos bocadillos a su Omega.

๑ ❥ ๑

Las personas en la plaza veían al grupo de hombres seguir a un alfa que se detenía en cada tienda, estos sostenían las diversas bolsas con productos en su interior.

Yibo veía cosas hermosas en cada escaparate y solo imaginaba a su bebé disfritándolo: ropa, música, peluches, accesorios, zapatos, dulces, utensilios de cocina, de repostería, útiles para la escuela e incluso una caja musical muy cara para su tamaño, llevaba el alfa para su Omega hospitalizado.

Los días anteriores solo podía sentarse a su lado, le ensañaba los regalos que le traia y los dejaba cerca de él, esperando que cuando se fuera, Zhan pudiera disfrutarlos.
Después, hablaba y preguntaba esperando alguna respuesta por parte del menor, pero solo era ignorado increíblemente, tanto que más de alguna vez se preguntó si era invisible.

Por lo menos cuando volvía al día siguiente los regalos no estaban, pero tampoco sé hayaban en la basura o destrozados fuera del hospital, era un consuelo saber que por lo menos se los llevaba a casa.

Aún así deseaba volver el tiempo y cambiar cada cosa por un bonito gesto hacia su omega. La indiferencia de Zhan era dolorosa, ahora entendía que dejarlo durante su celo solo fue la gota que colmó el vaso, pero las demás gotas apenas las estaba conociendo.

Pero como todo buen tonto, solo aprendió cuando lo perdió todo.

๑ ❥ ๑

Tenía días sin ver a su Omega, la última vez que le vio le dijo que tenía trabajo acumulado y que volvería tan pronto como pudiera, pero zhan solo hizo una mueca rápida y lo ignoró.

Al fin tenía tiempo libre, pero tenía que lidiar todavía con su familia y algunos asuntos de la empresa, a veces sentía que el trabajo lo superaba, pero solo de pensar estar cerca de su bebé, el cansancio desaparecía.

Nuestro Destino Where stories live. Discover now