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—No miento— Chenle aclaró hacia Victoria. —No quise decirlo antes porque sabía que te enojarías, pero no miento. Aunque aceptara casarme con Minjeong, jamás podría cumplirle como un "hombre".

—Pero qué cosas tan sin sentido estás diciendo, Zhong Chenle. No tienes que inventarte esa estupidez sólo para que desista del matrimonio— ella lo miró bastante indignada.

—No miento madre, esa es la verdad. Me gustan los hombres.

—No te creo.

—Incluso tengo un novio— mintió, se frotó la sien de su frente con los dedos de sus manos. —, así nací, no hay nada que puedas hacer.

—¿Quién es tu novio?

Chenle maldijo una y otra vez, sin saber qué contestar. La mentira había salido de la nada, como su último o más bien, su único recurso. Realmente no lo había planeado, incluso si le daba un nombre falso, su madre lo descubriría tarde o temprano, porque le obligaría a presentárselo.

Tenía que ser alguien que ambos conocieran, para que su mentira fuera más o menos creíble y sobre todo, alguien que estuviera dispuesto a seguir con la patraña. Sus amigos lo harían; por supuesto, ya que ellos estaban siempre en las buenas y en las malas. Pero entre ellos, Donghyuck estaba comprometido con Ryujin, por lo que él estaba completamente descartado. Jeno y Jaemin estaban en situaciones similares.

Y por lo tanto; meditó que en realidad, todos sus amigos y conocidos de su círculo social estaban comprometidos o en planes para hacerlo, excepto uno. Y por la mierda que no, jamás le pediría algo como eso a su mejor amigo, casi hermano.

—¿Quién es?— le preguntó su madre de nuevo. —No te quedes callado.

—Ji... Jisung— respondió en un susurro.

Ella no se veía sorprendida.

—Siempre supe que ese chico era rarito, pero jamás lo creí de ti— comentó ella finalmente, como si no lo dudara.

—¿A qué te refieres?— preguntó molesto, por la forma en que su madre se refería a su mejor amigo.

—Es que él siempre ha actuado demasiado exagerado, como si quisiera llamar la atención y luego sus poses, la forma en la que se sienta, camina o mueve. No son muy masculinas que digamos.

—Eso no tiene nada que ver— quiso defender a Jisung, pero hacerlo sólo lo haría contradecirse. —En todo caso, no hables así de mi pareja.

—No creo que sea tu pareja— ahora ella parecía segura. —, y me parece muy malo de tu parte que quieras meterlo en este asunto.

—Es mi pareja y puedo demostrarlo.

—Entonces inténtalo— retó Victoria.

Sin decir más, se levantó de la cama de Chenle y caminó hasta la salida, taconeando para molestar a su hijo.

¿A los cuántos besos dejamos de ser amigos? » jichen.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora