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Esto está muy mal. Jisung se repetía una y otra vez, su consciencia era consciente de sus actos, pero sus hormonas no, estaban alborotadas y necesitadas de placer, de los besos de Zhong y sus caricias.

—Ah...— dejó escapar un gemido placentero. Su mano se movía al mismo ritmo que la de Chenle, ambas empapadas de pre semen, pegajosas, que se movían sobre un pedazo de carne, sensible y perceptible de las caricias.

—Sung— la voz de Chenle, la cual tenía un tono ligeramente grueso y carrasposo, le avisaba que el menor ya estaba a punto de correrse. —, más fuerte.

Jisung obedeció, movió su mano alrededor del miembro de Chenle con un poco más de fuerza y velocidad que antes. Gimió y casi lloró cuando Chenle también lo hizo con el suyo, insistiendo en llevarlo al orgasmo al mismo tiempo. Y así fue.

Luego de unos minutos, ambos descansaban y superaban sus propios orgasmos. El cuerpo pesado de Chenle estaba encima de el de Jisung, y el mayor no hizo ningún esfuerzo por alejarlo, sintiéndose debilucho y necesitado de calor y cariño.

—Sigo pensando que esto está mal— dijo suavemente al menor. Chenle lo miró con los ojos interrogantes, como si no supiera el por qué, ni la razón de sus palabras.

—Somos novios, no está mal— mencionó como si fuera obvio.

Jisung se molestó al oír sus palabras. Su mente y corazón estaban demasiado sensibles para escuchar las estupideces de Zhong.

—No somos novios, bueno, sí, pero de mentira. Y no soy gay, tú tampoco.

Esta vez Chenle lo miró seriamente.

—Tampoco somos completamente heteros, de todos modos, ¿a quien le importa? ¿Cuál es el problema si nos sentimos bien tocándonos?— Chenle pasó sus manos por su cabello, arreglándolo un poco. —Lo hemos hecho varias veces desde que empezamos. A veces eres tú el que inicia, como hoy.

Jisung recordó como ambos estaban haciendo la tarea en la sala del comedor. Uno enfrente del otro, apoyándose y consultando sus dudas. Todo iba bien, hasta que Jisung movió su pie y lo colocó encima de una pierna de Chenle, provocando un sobresalto por parte de Zhong. Sonriendo de forma maliciosa, movió su pie hasta tocar el miembro de Chenle, que dejó escapar un gemido de excitación pura.

—Mierda, Jisung.

Jisung por su parte empezó a mover su pie sobre aquella zona, a la que conocía como peligrosa, enorgulleciéndose cuando logró conseguir una erección en Chenle. No tardó mucho para que ambos decidieran que era mejor terminar en la habitación. Park meditó sus acciones, por dios, estaba perdido. Estaba perdido por Zhong Chenle y no podía dejar de estarlo, pero no debían, porque ellos eran mejores amigos.

¿A los cuántos besos dejamos de ser amigos? » jichen.Where stories live. Discover now