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Jisung saltó rápidamente de la cama, apresurado y al mismo tiempo asustado; se puso de pie y se alejó del agarre de Chenle. No tenía que encender las luces de la habitación para darse cuenta que su amigo tenía razón y que estaba duro. Se había excitado por Chenle y eso estaba jodidamente mal. Justo lo que sabía que no debía pasar, sería malo para su amistad.

—Deja de molestarme— advirtió, pero el tono de voz que utilizo fue nervioso y tímido. —¿Por qué me tocaste?— preguntó, no pudiendo ocultar su enojo.

Chenle estaba sobrepasando línea de lo insano. No quería involucrarse aún más de lo que ya estaba, sabía que iba a terminar llorando.

—Lo siento— Zhong se disculpó. —, lo siento Jisung. No quería hacerte sentir mal, sólo, no sé que me pasó, regresa a la cama por favor, es de noche.

—No, me iré a casa— el mayor se movió por la habitación para encender la luz, sin embargo, antes de que pudiera darse cuenta, Chenle tomó el brazo de Jisung y jaló de él.

—No la enciendas.

—Suéltame, Chenle, he dicho que me iré a casa— trató de alejarse de su mejor amigo, pero el menor tomó la otra mano de Park con fuerza, e hizo que la palma de su mano tocará su entrepierna. Entonces, Jisung se dio cuenta de que no era el único excitado.

—También lo estoy. No es nada del otro mundo, completamente natural, no me averguenzo de tener una erección, eso demuestra que estoy completamente sano— sonrió de forma descarada, como si hablara de una cosa sin importancia.

Jisung dejó pasar saliva por su garganta y empezó a mover su mano sobre la tela que cubría la erección de Chenle, de forma instintiva.

—Eso se siente bien— susurró Zhong. —Tambien lo haré por ti.

—Regresemos a la cama— pidió el mayor en un susurro, siendo consciente de que estaba a punto de arruinar su amistad.

—¿Jisung, puedo darte un beso?

—Ya me has besado varias veces, ¿en serio vas preguntar?

—Treinta y nueve.

—¿Treinta y nueve?

—Ya nos besamos treinta y nueve veces, Sung.

No pudo evitar un sonrojo en el rostro. Las palabras de Zhong, el simple hecho de que contara sus besos, era demasiado para procesar. Ambos volvieron a la cama y se besaron muchas más veces de lo que lo habían hecho antes.

Cuando Jisung se levantó de la cama Chenle seguía durmiendo, se preguntó qué rayos les pasaba a ambos para comportarse como lo habían hecho a media noche.

Tocar el pene del otro hasta que se corrieran, definitivamente no estaba en el acuerdo verbal que habían tenido. Los besos eran una cosa meramente pasable y no tan grave, pero lo que habían hecho esa noche podía considerarse como sexo.

En ese momento no había pensado detenidamente. Park se había dejado llevar por el momento, la excitación y el placer que le causaban las manos de Chenle en su cuerpo. Aún recuerda la sensación de caer en la cama con el cuerpo de Chenle encima, ambos calientes y tocándose por todas partes. Su novio de mentiras, incluso, había lamido su pecho mientras él no podía dejar de gemir. Tampoco habían dejado de besarse. Había sido intenso y al mismo tiempo, prohibido.

¿A los cuántos besos dejamos de ser amigos? » jichen.Where stories live. Discover now