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—¿Por qué te fuiste tan temprano?— preguntó Chenle a Jisung. El mayor ya estaba sentado en su lugar, sacando los libros de su mochila correspondientes a la materia que le tocaba. Chenle ignoró eso. —Hoy me levanté con la esperanza de recibir un beso de buenos días de la persona que amo y se da la sorpresa de que ya no estabas en la cama.

Jisung se sorprendió por las habilidades actorales de Zhong Chenle, podría incluso ganarle a su madre y ella, ya tenía una trayectoria larga y envidiable. A pesar de todo, trató de evitar el sonrojo que las palabras que su amigo y novio de mentiras le provocaban. Sus compañeros de clase estaban ahí, algunos ignorando su presencia, otros observandolos como si fueran bichos raros o una novedad.

—Hablo en serio, Sung, después de lo de anoche...

Por supuesto, el chico Park se sonrojó tratando de no recordar lo que habían hecho. Nada que no hicieran las parejas de su edad, pero ellos, simplemente había cruzado la línea de la amistad, metiéndose más profundamente al abismo de los problemas.

Metido en sus pensamientos no se percató del momento en el que Chenle lo tomó de la barbilla y le dió un beso. Fue un pequeño roce en los labios que no se comparaban a las besos que se habían dado unas horas antes y aún así su corazón latía de forma desesperada.

—Ochenta y nueve— dijo Chenle, y el mayor sabia que Zhong hablaba de los besos que se habían dado hasta ese momento. —, pero no me gustan los números impares— dijo, por lo que tomó la barbilla del mayor nuevamente, volviendo a besarlo. Sonriendo descaradamente, se alejó y caminó hasta su asiento.

Por su parte, Jisung sentía que su corazón se salía de su pecho, que no cabía en él, latía a un ritmo desenfrenado, haciendo "boom, boom, boom", una y otra vez, tanto que lo asustaba de todas las formas posibles.

Las cosas se estaban saliendo de control y él no podía dejar de pensar en el momento en el que se besaron por primera vez. En aquel momento, Jisung sabía, aunque quiso ignorarlo, que estaba perdido; que había entrado a un hoyo profundo y sin salida.

Él amaba a su madre y amaba a su hermana pequeña, pero no era más que un amor fraternal; apreciaba a sus amigos y compañeros, pero nunca fue tan fuerte como con Zhong Chenle y es que, aunque siempre trató de ser una persona amorosa con todos, con el chico Zhong, había una diferencia muy grande. Jisung sabía que si lo llegaba a perder, no sabría que hacer con su vida.

Era consciente de que en el momento en el que Chenle llegó a él proponiéndole que fueran novios de mentiras, debió haberse negado, pero no pudo. Ahora tenía que confrontar las consecuencias de no haberlo rechazado. La mayor consecuencia de ello y la que más le asustaba, era que podía enamorarse de su mejor amigo.

Si es que no lo estaba todavía.

¿A los cuántos besos dejamos de ser amigos? » jichen.Where stories live. Discover now