Pʀᴏʜɪʙɪᴅᴏ - [Yizhan]

第六章 : Siniestro

Cuando Yibo abrió sus ojos, noto que estaba sentado a un costado de la cama, con una pierna sobre la otra y un cuaderno apoyado en mi muslo. La luz de la lámpara de la mesa de noche estaba encendida. Estaba bastante concentrado en mi dibujo de él en mi cama, me había puesto una camiseta para no sentirme tan desnudo, y me había gustado su pose al dormir tan calmadamente.

Tanto, que quise dibujarlo. – No te muevas –dije.

– Está muy concentrado –dijo con voz ronca. – ¿Qué dibujas?

– Casi termino –dije.

Movía despacio el lápiz, después pasaba mi dedo sobre la superficie y volvía a mover el lápiz, estaba terminando de darle fondo y relieve a su tatuaje. ¿Cuánto dormí? preguntó, buscando algún reloj con la mirada. Un rato, dije, sin perder la concentración. – ¿Cuándo es un "rato" para ti, Zhan? –preguntó, inclinando su cabeza más contra la almohada.

– Dos horas, Yibo –dije mirándolo. – Te dije que no te muevas.

– Ya estoy incomodo en esta posición. Quiero voltearme –dijo. Me queje, diciéndole que me faltaba poco, con mi vista aun en el dibujo. Suspiro, quedándose quieto en la cama. Seguí moviendo el lápiz, viendo cada cierto tiempo a Yibo. – No quiero que me dibujes, Zhan. No quiero ser exhibido desnudo en una exposición de arte tuya.

Reí, diciéndole que ya era muy tarde, moviendo el dedo sobre la superficie del dibujo. –Quédate quieto, casi termino. Además, no estás desnudo –dije. La mitad de su cuerpo estaba cubierto por las mantas. Dijo que no le importaba, diciéndome nuevamente que quería voltear en la cama, cambiar de posición. –Hazlo, y atare sus manos sobre la cama y te inmovilizare completamente.

– No se atrevería, profesor Xiao – me desafío. Lo mire con una ceja alzada, afirmándole claramente que no me retara. No debía creerme incapaz de hacerlo. Rio, dejando su rostro contra la almohada, preguntando si dejaría que lo viera. En cuanto escucho mi negativa alejo la cabeza de la almohada, mirándome. Negué con la cabeza, afirmándole que era un dibujo privado, solo para mí. –Tengo derecho a verlo, estas dibujándome sin mi permiso.

Le saque la lengua como si fuera un niño, él me miro con una ceja alzada y una expresión graciosa. Exhale sonoramente, inflando mis mejillas de forma infantil, cerrando finalmente el cuaderno. Yibo rio de nuevo, volteando finalmente en la cama. Dejo sus brazos bajo su cabeza, mirando hacia el techo. – ¿Qué vas a hacer ahora que ya te graduaste? – Pregunté.

– Seguir trabajando, tengo una competencia que recorre distintas ciudades –dijo. – Estaré fuera unos meses, si gano me convierto en corredor profesional. Me darán mi propia moto, mi equipo, patrocinadores y todo eso. Luego volveré, y seguiré practicando para cuando comience la temporada, y demostrar que soy bueno.

Asentí felicitándolo, ya que no sabía mucho del tema de carreras de motos. Me tomo del brazo para dejarme sobre su cuerpo, invirtiendo las posiciones dejándome contra la cama. Se aparto yendo hacia mi armario, miro cada prenda colgada, sacando una vieja bufanda negra y volvió a la cama, poniéndomela en sus ojos. Me quede quieto, sin entender. – Deje de hablar –dijo. Beso mis labios y mi lunar, antes de besarme más profundo.