Pʀᴏʜɪʙɪᴅᴏ - [Yizhan]

第二十章 : Otra sucia mentira

Seguí andando hasta llegar a la sala de profesores, casi no quedaba ninguno por la hora, ya que la mayoría estaba dando clases. El profesor Haikuan se alarmó al ver mi rostro, acercándose me preguntó qué me había ocurrido, mentí diciendo que había tenido una pelea con un tipo que agredió a una chica. – Oh, ¿Lo denunciaste? – Preguntó. – Tu rostro tiene algunos moretones violáceos.

–Sí, lo hice –dije. –Está todo bien ahora, aunque aún duele.

– ¿Qué haces aquí? Se supone que debías estar en casa –dijo.

– Vine a traer los trabajos de los alumnos, no quería que ellos esperaran a mi regreso en unas semanas para tenerlos –dije. – Salir me haría bien, no quiero estar encerrado por siempre. ¿Podrías entregárselos antes de que su clase termine? Muchos lo hicieron realmente bien, casi no tuvieron fallas.

– Claro, lo hare en mi hora, pero, pudiste solo avisarme e iría por ellos –dijo. Noto que algo me incomodaba, ya que no era bueno disimulando los gestos de mi rostro cuando algo había pasado, la situación que presencie antes me trajo viejas sensaciones y recuerdos. – ¿Está todo bien?

Hice un gesto, desviando la mirada. –Promete no decirlo, pero acabo de ver a Liu Yin Jun besándose con una alumna de veintidós años en el baño de mujeres. Le dije que no debían ya que podía verlos el director, pero ninguno me hizo caso –dijo. Vi como la expresión de Liu Haikuan cambio, cubriendo su boca y sonriendo bajo ella, entorné los ojos. – ¿Es motivo de risa?

– Es que, ya todos sabemos eso –dijo riendo, más aún seguramente al ver mi expresión. –No son muy buenos ocultándose. Una vez los descubrí en el salón de clases solos, y también me pareció un poco incómodo, pero, todos fuimos jóvenes en algún momento de nuestra vida. No es tan preocupante.

– Aguarda un segundo, ¿todos lo saben y ninguno hizo nada? – Pregunté sorprendido. – ¿No se supone que está prohibido ese tipo de relación? El director no es exclusivamente fanático de las relaciones entre profesores y alumnos. He visto gritarles a muchos profesores, y no cosas agradables justamente.

–Sí, todos lo saben, menos el director, ya que sabemos cómo es –dijo. –No es un delito, la chica es mayor de edad y bastante madura. Es lo más común del mundo, el cuarenta y cinco por ciento de los profesores salen con un o una estudiante, ya sean hombres o mujeres, tienen una corta aventura o terminan casándose con él, o ella.

Mi mandíbula casi cae al suelo, pero me contuve presionando mis labios juntos, sentí que mis mejillas se coloreaban, desvié la mirada al suelo. Oh... dije algo sorprendido, incomodó, quería que la tierra se abriera y me tragara, no quería abrir la boca y hablar de más, así que solo me quede allí. – ¿No me digas que no te ha pasado? – Preguntó Haikuan riendo. –A mí me pasó una vez con un alumno. No pude corresponderle por obvias razones, pero siempre me regalaba chocolates.