Pʀᴏʜɪʙɪᴅᴏ - [Yizhan]

第十九章 : ¿Me odias?

Estaba poniéndome una camiseta de color negro que Yibo me había prestado, junto con unos pantalones largos sueltos, al menos para no andar desnudo por la casa, ya que no tenía nada de ropa interior debajo o alguna prenda de mi ropa seca. Me había dado una ducha, ya que tenía todo tipo de fluidos en mí, y para sacarme un poco el cansancio, seque mis cabellos un poco y deje la toalla en el cesto de ropa sucia.

Estaba nervioso.

La madre de Yibo y nuestro hijo estaban en camino, Yibo y la señora Wang habían hablado por teléfono mientras dormía, no sé de qué hablaron pero ella dijo que venía, así que tuvo que despertarme. Mi corazón latía acelerado, ya que no sabía qué hacer o decir, como explicar mi presencia aquí y decirle que yo era su otro padre, tampoco sabía que decir sobre mi relación con él.

¿Sonaba tan mal como pensaba, decir que Yibo fue mi alumno y que tuvimos sexo hace mucho tiempo, y ahora lo habíamos hecho de nuevo luego de tantos años? Esperaba que no. Aunque en mi cabeza aun sonaba a mal. La mujer seguramente me dirá muchas cosas si le dijera la verdad, y no justamente agradables. Aunque, tal vez, fui yo el que di el primer paso, Yibo fue quien hizo lo siguiente.

Suspire arreglando mis cabellos, sentía que mis mejillas comenzaban a tomar color, no sabía cómo enfrentar a la mujer, sin morir de vergüenza en el intento. Yibo estaba en la sala, arreglando algunas cosas con su equipo sobre las carreras que tendría próximamente, yo seguía en la habitación, pero sabía que no podría estar mucho aquí escondido, no tenía nada que esconder, pero si mucho que explicar.

Tendría a la madre de Yibo cerca, dudaba poder ocultar quien era en realidad.

Dándome valor a mí mismo salí de la habitación, me sentía distinto a cuando llegue aquí, y solo habían pasado algunas horas, la noche ya había caído por la ventana de la sala, Yibo estaba escribiendo rápidamente con su teléfono, me sorprendía lo rápido que movía los dedos; me acerque al sillón, él levanto su vista y me observo por breves segundos. –Estoy muy nervioso –dije.

– No tienes que estarlo, solo es mi mamá –dijo, volviendo su vista al aparato.

– Es una mujer con la que nunca he hablado, Yibo, no solo es tu mamá –dije apretando mis dedos. –Temo decir algo que malinterprete y me haga ver como un monstruo, un pederasta o peor. Ya estoy lo suficientemente asustado con solo pensar que tenemos seis años de diferencia, sin mencionar que fui tu profesor y tenemos un hijo, al cual deje a tu cuidado porque apenas podía conmigo mismo.

– Si lo dices porque yo, siendo aún tu alumno en ese tiempo, te masturbe en las escaleras de la universidad importándome bien poco que nos vieran, no tienes de que preocuparte –dijo Yibo como si nada. –Mi madre es adulta, no hay nada que no haya visto u oído. Ella también fue joven. Y, seguramente, ha hecho cosas peores con mi padre; Creo, si no recuerdo mal, ella tuvo un algo con un profesor antes de mi padre.