Arabella
Rachel había llegado en la mañana a la casa de Alex para hablar conmigo, me convenció de ir a dar una vuelta por la ciudad aprovechando que hoy tenía su día libre, quería mostrarme el lugar.
Hubiera querido que Denzel viniera conmigo para que se distrajera de estar tanto tiempo encerrado, pero no creo que sea bien visto que un lobo enorme esté caminando como si nada por ahí.
A de más, pueden herirlo o estresarlo y no quiero que me le hagan ningún daño.
Por suerte se la pasa bien en la casa de Alex asustando a los soldados que la vigilan.
—Creo que eso es todo lo interesante de Londres. —me dice luego de un rato.
—La ciudad es muy hermosa. —sonrío— Gracias, Rachel.
—No es nada, te veías aburrida tantos días encerrada entre la mansión y el laboratorio.
Me la había pasado en un laboratorio de la central cambiando todo lo del arma de Christopher, me tomó varios días pero logré terminarla. Ahora es mucho más potente que antes, causa más dolor y una muerte instantánea si se dispara en el lugar correcto. Y le añadí un par se trucos para más. Quise hacerle lo mismo a las demás armas, pero me dijo que esas les dejara como están.
Y ni un Gracias me dio el mal agradecido.
—¿Quieres ir a comer algo? —propone.
—Me encantaría. —asiento rápido.
Me lleva a un lugar donde venden comida, nos dan una mesa y es ella quien pide los platos por petición mía. Confío en que me gustara lo que me pida.
Una chica anota lo que ella dice y luego a retira.
—Entonces... —ella me mira con una sonrisa— ¿Qué ocurre entre tú y tu guardia?
Frunzo en ceño viendo a Kos, que está en otra mesa con cara de odiar su vida.
—¿Entre Koa y yo? ¿Por qué lo preguntas?
—Bueno, noto unas cuantas miradas... Anda, dime.
Río nerviosa.
—Es algo complicado... Dejémoslo ahí.
Muy complicado. Sus celos me están volviendo loca. Ya me estoy cansando de ellos. Antes me gustaban, pero ya se está pasando con sus comentarios a como me visto, a como me estoy comportando estos días.
"—Eres una princesa, Arabella."
Ese discursito ya me harta.
Se que soy una princesa, pero ahora no estoy en mi reino, no tengo responsabilidades, puedo divertirme.
Pero su amargura hace que no pueda hacerlo por completo.
Y pensar que de adolescente siempre soñé con el día en que pudiera contarle a alguien, especialmente a mis padres sobre nuestra relación, pero con los años aprendí a que sólo sería eso, un sueño. Ya que ellos jamás aceptarían a Koa como mi pareja.
También hubo una época en la que hablábamos de escapar de Edevain e irnos muy lejos juntos, pero es algo que tampoco podría ser.
Mi responsabilidad es Edevain, una vez mi madre deje el trono me tocará a mi gobernar, y por más que... lo ame..., no puedo dejar a mi gente sin una sucesora.
Como tampoco puedo dejar de ser yo por unas cuantas semanas lejos de mis padres. Así él se enoje conmigo.
—Entiendo. Una amor prohibido, ¿eh?
