15

1.2K 193 21
                                    

Arabella

—¿Acaso aquí siempre está nevando?

Río por el comentario de Christopher mientas bajo del vehículo que nos trajo frente a las puertas del palacio. Estaba nevando bastante, casi no se veía nada.

—Sí, todo los días del año.

Yo estoy acostumbrada a estas bajas temperaturas de todo el año, por eso no me incomodan tanto a pesar de que sólo llevo un corto vestido. En cambio Christopher, aunque lo intente disimular se nota que está temblando por el frío.

Por suerte las puertas se abren antes de que termine muriendo congelado. Dentro del palacio estaba cálido y él se relaja por eso. Denzel ni si quiera parece extrañar nada, se va directo hacia las escaleras, me imagino que hacia mi habitación. Paso mi mano por mi cabello quitando la nieve que se había pegado a él.

—¿Y mis padres? —pregunto hacia el primer guardia que me encuentro.

—Ya fueron avisados de su llegada, princesa.

—Bien. Ya vete. —ordeno de manera seria.

Nos dejan solos en la gran sala de enterada. Me cruzo de brazos volteando hacia Christopher y me acerco a él. Su mirada baja al escote de mi vestido sin nada de disimulo.

—Ten un poco de respeto, estamos en el palacio. —sonrío ladeando la cabeza, ya conozco esa mirada— ¿Acaso te calienta verme tan seria?

—Deberías dar órdenes más seguido.

Doy un paso al frente.

—¿A ti, por ejemplo?

—Ya quisieras darme órdenes. —bufa.

—Estas en mis tierras, corazón, puedo darte órdenes cuando yo quiera.

Su mirada se oscurece, pero antes d e que pueda decir algo al respecto, las puertas detrás de mi se abren, dando paso a mis padres. Mi madre es quien se apresura hacia donde estoy, abrazándole con fuerza cuando llega frente a mi.

—Los dioses te protegieron. —toma mi rostro, buscando alguna herida en mi— Que alegría tenerte de vuelta mi pequeña bebé.

—Madre... no me digas así.

Me da un repaso de pies a cabeza, me mira raro por la vestimenta que estoy utilizando, algo que ella jamás ha visto y que estoy segura que desaprueba en mil maneras. 

—Te ves... Cariño te ves...

—Madre... —le hablo con advertencia antes de que suelte un comentario inapropiado.

—Te ves... diferente. Bonita. —acepta— Pero por mi paz, ponte uno de tus vestidos por favor. —ella voltea hacia el hombre detrás de mi— Bienvenido, Christopher.

Este sólo da un asentimiento.

Mi padre se acerca con una sonrisa relajada, deja un beso en mi frente.

—¿La pasaste bien?

Si supiera...

—De maravilla.

Especialmente estos últimos día.

—Espero que te hayan cuidado bien. —le da una mirada al coronel.

—La cuidé muy bien. —me da una pequeña mirada, una que sólo él y yo entendemos.

Porque esas palabras tienen doble sentido y mis padres por suerte no lo notan.

—¿Te quedaras varios días? —pregunta mi padre con interés.

—Sólo una semana.

—Muy bien. —le da una sonrisa y mira a una de las chicas ayudantes de mi madre— Que preparen la habitación.

DRONNINGWhere stories live. Discover now