11

1.4K 195 14
                                    

Dos semanas luego...

Arabella

Habían traído mi equipo hace una semana atrás, habían instalado un laboratorio para mi sola ya que no me gusta trabajar con personas o que otros toquen mis cosas, y desde entonces he estado viniendo a la central cada día, encerrándome aquí por horas.

Por el tiempo que estoy aquí he inventado nuevas armas y otras cosas relacionadas a ellas.

Alex me ha pedido ayuda para hacer que sus soldados sean los más temidos del mundo, y eso hago. Casi haciéndolos invencibles.

Escucho la puerta abrirse y escondo lo que estaba haciendo para que no sea visto.

Sé de quien de trata sin tener que voltear. Sólo tres personas tienen la clave para entrar a mi laboratorio. Alex no se encuentra hoy en la central, Rachel nunca viene a menos que sea algo muy importante, y ella tiene la molestia de tocar antes.

—Esto es impresionante.

Miro sobre mi hombro para ver a Patrick a un lado de Christopher mirando todo con emoción y sorpresa.

—¿Cuándo llegaron?

Salieron a una misión hace unos días, según Christopher me había dicho llegarían dentro de unos días más.

—Ayer en la noche. —contesta Chris— Estamos a un lado, no tienes que gritar.

Es poco lo que lo oigo, pero puedo entenderlo.

—¿Qué es esto? —Patrick pregunta.

Observo lo que señala. Un anillo que se encuentra dentro de una caja de cristal. Mi último invento. Lo terminé ayer. Voy hacia él para sacarlo y pasárselo, lo toma con mucho cuidado.

—Póntelo. —le pido.

Cuando lo hace tomo mi tableta para que encender el anillo.

—¿Qué fue eso? —me mira confundido.

Debió sentir como algo lo rodeaba, un campo de fuerza que no se ve, pero que lo cubre de pies  a cabeza.

Antes de que pueda darse cuenta, tomo una de las armas que se encuentran a mi lado y le disparo, causando que se asuste y pegue un grito. Sus ojos se encuentran cerrados con fuerza, los abre lentamente tocando su cuerpo.

Christopher me mira con sorpresa y Patrick con terror.

—Es un campo de fuerza, ya no tendrán que usar chalecos antibalas, eso los protegerá. —les explico.

—Funciona muy bien. —Patrick de lo quita, entrándomelo con manos temblorosas.

—En realidad no sabía si funcionaría... —le sonrío tímida— No lo había probado.

Su cara de terror vuelve.

—Es broma... —paso por un lado de Christopher haciendo una mueca que le da a entender que en realidad no era broma.

No tenía como probarlo, ¿de acuerdo?

Ellos se quedan un rato más conmigo, escuchándome explicarles los inventos que estaba haciendo.

Patrick me invita a almorzar con ellos cuando dan las doce del medio día, pero niego diciendo que debía terminar algo antes de irme.

Él se retira y me deja a solas con Christopher diciendo que nos vería más tarde.

Una vez se cierra la puerta, saco en lo que antes estaba trabajando.

—¿Qué es? —Christopher se posa a mi lado.

DRONNINGDonde viven las historias. Descúbrelo ahora