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Arabella

Christopher conducía mientras íbamos a aquel restaurante. Me quedé mirando por la ventana viendo pasar los edificios de la ciudad, si lo volteo a ver soy capaz de golpearlo.

Siento su mano en mi muslo, él sabe que estoy enojada. La tomo sin mirarlo y la quito con fuerza.

—¿Vas a seguir actuando así?

—Ajá.

—No seas tan dramática. —lo escucho murmurar.

Abro mucho los ojos volteando a verlo lentamente.

—¿Dramática?

Rueda los ojos, lo que provoca que mi molestia aumente.

—Tengo razones para estar enojada, Christopher. No me avisas que no llegarás, así que yo estuve suponiendo que estarías en la central, y resulta que no era así. Estaba preocupada porque no supe nada de ti durante todo la noche, y cuando al fin apareces en la tarde, lo primero que me dices son mentiras.

Casi no pude dormir, no llegó en toda la noche y yo estaba extremadamente preocupada de donde podría estar. En la mañana no estuvo, me estaba imaginando ya lo peor de lo que le pudo haber ocurrido.

Y en la tarde cuando al fin apareció ni siquiera esperaba explicaciones, sólo quería saber si estaba bien, y lo primero que me dice el idiota es que se quedó toda la noche en la central trabajando y que durante el día estuvo en reuniones.

¿¡Y él espera que no me enoje por las mentiras!?

Quizás lo de las reuniones es cierto, pero él no estuvo en la central durante la noche y eso ya me lo dijeron Make y Tyler.

—¿No me dirás en donde estabas?

—Dijiste que no te interesaba saber.

Los dioses no me dieron la suficiente paciencia.

—No me interesaba saber antes de que me mintieras.

—¡Te dije luego que estaba ocupado!

—¿¡Ocupado en qué!?

—¡No tengo que decirte todo lo que hago, Arabella!

Por suerte se detienen cerca del restaurante antes de que le diga algo. Una vez apaga el auto bajo dando un azote con la puerta sin querer, no pretendía lanzarla fuerte pero estaba enojada.

Siento cuando toma mi mano y me hace voltear a verlo.

—Escúchame muy bien Christopher Morgan, —le advierto soltándome de su agarre— hace días te dije que sólo estaría contigo si me tratabas como me lo merezco, y tú me lo prometiste. —se lo recuerdo— Así que más vale que no hayas hecho alguna estupidez porque yo ni una falla te voy a aguantar.

—Estas actuando como una loca.

—¿Sabes? Me gustaba más cuando no éramos nada. —le doy la espalda— No actuabas como un idiota conmigo.

Tomo su brazo de mala gana para entrelazar el mío con el suyo. Realmente no quiero seguir con esto hasta que lleguemos a su casa, en donde espero estar más tranquila y no quiera golpearlo.

Entramos al restaurante haciendo como si nada hubiese pasado, una mesera nos lleva a la mesa en donde ya se encontraban Alex, Regina y supongo que Reece Morgan.

—Ya creíamos que no iban a llegar. —Alex es el primero en vernos.

—Lo siento, nos tomó un poco de tráfico. —excuso sentándome en la silla que Christopher arrastra hacia atrás.

DRONNINGWhere stories live. Discover now