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Arabella

Vamos de camino hacia el restaurante que Rachel reservó para esta noche. Mi mejor amiga me mira pasmada, sin saber que decir por lo que le acababa de contar en el trayecto.

—¿Tuviste sexo con Christopher?

Respiro hondo cerrando los ojos.

—Por séptima vez, sí.

—Wao... —carraspea— Bueno, era algo que se veía venir, pero no pensé que eso era lo que pasaba estos días.

—Te dije que me estaba quedando en su casa, ¿pensaste que no iba a pasar nada?

—Pensé que lo terminarías matando en algún momento.

Bueno, esa idea pasó por mi mente en una que otra ocasión, pero la terminaba descartando.

—Una cosa más... —la miro haciendo una mueca— ¿Por qué no me dijiste que te acostabas con Christopher hace dos años?

La pelinegra tose como si se hubiera atragantado. Su ojos se abren muy grandes.

—¿Como sabes eso?

—Alex comenzó a pelear cuando me vio en casa de Christopher, y se le escapó decir que ya suficiente tenía con que se haya metido con la hija de uno de sus mejores amigos hace dos años, como para que también haga lo mismo ahora. —repito lo que escuché — Mi padre me hablaba mucho de Alex Morgan y de Rick James, y este último es tu padre.

Sé que eso no es de mi incumbencia, sólo me dio curiosidad. Por una parte, ahora entiendo como es que se llevan un poco bien y siempre se están fastidiando, ya que Christopher a penas y cruza palabra con las demás mujeres de la élite fuera de trabajo.

—Eso fue hace dos años, y no fue nada serio. —aclara— ¿Te molesta o algo? Porque no...

—No lo hace. —río por su cara— Sólo me dio curiosidad.

—¿Segura?

—Créeme que si me molestara te lo diría, pero no lo hace y no debería hacerlo. —sonrío para que se tranquilice.

El vehículo se detiene frente al restaurante, uno de los guardias abre la puerta dando su mano para que bajemos. La primera en hacerlo es Rachel, luego lo hago yo. Mi amiga entrelaza su brazo con el mío para entrar.

—Sólo espero que como me lo prometiste, no sea algo grande. No me voy para siempre.

—Te juro que no.

Un mesero nos lleva a la mesa, en donde se encontraban varios de sus amigos que en este poco tiempo se han convertido en personas a las que aprecio.

Los saludo a todos mientras me siento a un lado de Rachel.

—Dinos que vas a regresar, Arabella. —Brenda sonríe.

—Lo haré, ya lo he prometido mil veces. —río— Regresaré en varios meses más.

A de más, Alex ya instaló mi laboratorio en la central, y que flojera mandar todo de regreso a Edevain y ordenarlo. Tengo mis cosas allá y acá, así que estoy bien sin tener que moverlas.

Christopher me lanza miradas durante la cena, y en parte ahora agradezco que me haya marcado el pecho, pues el vestido me tapa hasta el cuello. De esa manera no se me ve nada que él se pueda quedar observando.

Paso la cena charlando y riendo con ellos, los echaré de menos este tiempo. Me divierten y bueno, con con la únicas personas normales con las que he estado.

Y con los únicos que he podido ser yo misma.

Mañana una vez llegue a Edevain, volveré a mi rutina, a mis reglas y a mis deberes. No pensé que esa parte de mi vida me aburriría tanto, pero ya que experimenté en estas semanas esta libertad será muy raro regresar a la normalidad de mi vida.

DRONNINGWhere stories live. Discover now