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Días luego...

Arabella

Salgo del baño envuelta en una toalla luego de haberme secado bien el cuerpo. Christopher está en el balcón hablando por su celular, mira por encima de su hombro al sentirme caminar, escucho como le dice a su padre que lo deje de molestar.

Me he quedado aquí en su casa por diez noches, todo el tiempo que Alex ha estado fuera. Luego de lo que sucedió en la mansión me dijo que me viniera estos días con él y bueno, acepté.

Pero ya el ministro llegó hoy y desde la mañana ha estado llamando a Christopher para saber en donde me encuentro. Le pedí que le dijera que estaba con Rachel pero dudo que Alex le haya creído.

Estos días han sido muy intensos, las únicas horas en las que estoy con ropa es cuando estoy en la central, dentro de mi laboratorio. Sólo un par de horas, pues cuando estamos dentro de la casa Christopher no pierde el tiempo de nada.

Ese hombre es insaciable.

Y yo también.

Salgo al balcón sin importar que sólo llevo una diminuta toalla que apenas tapa parte de mis muslos. Si alguien ve desde abajo pues que disfrute la vista.

Christopher deja el celular sobre la pequeña mesa del centro, se cruza de brazos recostando su espalda del espaldar de la silla. Me poso frente a él, en medio dr sus piernas.

—Deberías llevarme.

O Alex es capaz de venir hacia acá.

Y no creo que le guste mucho el como me encontrará. Lo que me recuerda que debo encontrar alguna forma de ocultar todos los morados que tengo en mi cuello y el valle de mis pechos.

Las demás de abajo no importan, se tapa con la ropa.

—¿O me llevas luego? —sus manos van a mi cintura y jala para que acabe sentada a horcajadas sobre sus piernas— Recuerda que debo organizar todas mis cosas.

—Te llevaré luego. —abraza mi cintura con sus brazos— Pero dejarás varias cosas aquí.

Lo pienso por unos segundos. Mañana regresaría a Edevain, él lo sabe, y aunque es un hecho que regresaré, había pensado en llevarme todo. Christopher quiere que deje algo de mi ropa aquí para cuando regrese y en realidad la idea no es tan mala.

Paso mis brazos por encima de sus hombros cuando desata el nudo que aguanta la toalla contra mi cuerpo dejándome desnuda sobre sus piernas. Esta cae al suelo al hacerla a un lado. Sus manos recorren mi espalda inclinándome para que mis senos estén contra su pecho mientras me besa.

Mis manos bajan por su pecho y abdomen hasta el elástico de sus pantalones. Los hago a un lado dejando su miembro al descubierto. Me alza colocándome sobre él, y con un movimiento de cadera se hunde dentro de mi. Respiro hondo clavando las uñas en su abdomen.

—Dioses... —mi cabeza cae hacia atrás cerrando los ojos.

Es tan grande que al principio molesta, no importa cuantas veces me haya acostado con él en estos diez días, mi metro y medio no se va a acostumbrar a su metro noventa y ocho.

—Eres tan apretada. —murmura al tomar mi cabello manteniendo mi cabeza atrás mientras besa y muerte mi cuello— Me encantas, Bella.

Bella... me gusta cuando me llena de esa forma.

Me muevo sobre él, su agarre en mi cabello desaparece pero el de mis caderas regresa. Me mueve a su antojo y no pongo objeción pues me encanta su manera de ser tan rudo.

DRONNINGWhere stories live. Discover now