Tres semanas luego...
Christopher
El avión militar aterriza en la pista de la FEMF, tres días en Turquía haciéndome cargo de unos mafiosos que me daban dolores de cabeza. Uno de los prisioneros ríe como demente por lo drogado que se encuentra, Parker lo lleva directo a encerrar para interrogar luego.
—Coronel. —la secretaria de Alex corre a mi lado cuando lo sigo de largo— El ministro pide verlo, es urgente.
—No tengo tiempo.
—Dice que se trata de la señorita Arabella.
Me detengo y la miro, doy la vuelta dirigiéndome a la oficina de Alex para saber que es lo que pasa. Hablo con Arabella mediante cartas casi todas las semanas, en la última no me dijo que estuviera pasando algo. Entro a la oficina del ministro viéndolo en su escritorio.
—¿Qué le sucede a Arabella?
—Siéntate.
—¿Ella está bien?
—Que te sientes, no te diré nada hasta que te sientes.
A regañadientes lo terminó haciendo, que le digas de una vez que es lo que ocurre.
—Te dije que había mandado a Rachel a otra misión hace dos semanas—abre la gaveta sacando una carta— No era una total mentira, la mandé a resolver un asunto en Edevain.
—¿Arabella está bien o no?
—No lo está, Christopher. —me pasa el sobre blanco— Llegó esta carta de Henry hace dos semanas, no te lo dije porque sabía que te volverías loco y cambiarías todo lo de la misión para ir a Edevain.
—Ve al maldito punto Alex.
—Arabella recibió una herida con una de sus armas, está inconsciente y grave. —me tenso. Ya sabía que algo estaba mal con ella, lo presentía— Henry dice que algo falló con el arma y se terminó disparando, le hirió un costado del cuerpo, a su lobo igual.
Aprieto los puños. Alguien le disparó. Arabella es demasiado cuidadosa con sus armas como para que estas se disparen por error. El palacio tiene muros altos al rededor, todas las entradas tienen guardias, y las únicas personas con acceso a las armas son los mismos guardias.
—¿Cómo se hirió Denzel?
—Henry no me dijo, los encontraron a ambos en el suelo. —niega— No cree que Denzel sobreviva, la herida fue muy profunda y ya sabes la magnitud de las armas de Arabella.
Bufo levantándome y salgo de la oficina dando un portazo. Nadie sobrevive a las armas de Arabella, y quien sea que le hizo esto lo sabe muy bien. Alguien se atrevió atacarla, y pagará por eso.
—¿A donde vas? Christopher, no irás a Edevain, deja que Rachel de encargue de esto. —me toma del brazo deteniéndome— Entiendo que estes preocupado, yo también los estoy, es mi ahijada, pero no puedes ir ahora. En tres días tenemos que estar en Washington, no puedes faltar a esto así que estate quieto.
—No me quedaré aquí cuando alguien la quiere matar. —lo empujo— Cancela esa reunión o ve sin mi, tengo cosas más importantes de las que encargarme.
Me doy la vuelta ignorando que me vuelve a llamar y a insultar. Si no quería que me largara no me lo hubiera dicho. Le marco a Rachel esperando a que se le ocurra contestar cuando subo a mi auto. Debo ir al penthouse y arreglar las cosas.
—¿Christopher? No tenía ni idea de que aquí había señal para llamadas.
—¿Y Arabella?
