Nos volveremos a ver (Bakudeku)

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Llevaba días en aquel hospital, sabían que el tiempo estaba llegando eran conscientes de que ya no habría mas momentos juntos, ese era el ultimo y ambos se aferraban a ese ultimo consuelo, a esa ultima mano sosteniendo cálidamente la otra.

Compartieron entre sollozos el recuerdo de cuando se conocieron aquella tarde de invierno, cuando por culpa de un despertador descompuesto un peliverde corría apresurado por aquella calle poco concurrida para llegar a su trabajo, Katsuki iba saliendo de la cafetería rumbo a su oficina cuando ambos chocaron cayendo estrepitosamente en el suelo.

El ojirubi estaba a punto de decir su letanía de insultos para esa ocasión, pero al levantar la vista y encontrarse con aquellos ojos como dos hermosas esmeraldas cristalizadas por culpa de querer soltarse a llorar, todo cambió. Katsuki se quedó sin palabras al ver la expresión de desamparo en los ojos del peliverde, y en ese momento, la rabia que sentía se desvaneció

—¡Lo siento! Estaba apurado, mi despertador no sonó, y...

—No te preocupes. También iba apresurado y distraído. — mintió descaradamente poniéndose de pie y ofreciendo la mano al peliverde quien la tomo con un poco de duda. — ¿Te lastimaste?

—No, estoy bien. Gracias por ayudarme a levantar. —respondió, ambos se quedaron unos segundos mirándose, como si el tiempo se hubiera detenido y no importara nadie o nada mas

—¿Estas seguro?

—Si lo, estoy muchas gracias eh...

—Bakugo, Katsuki Bakugo — completo al ver como titubeaba un poco al responder.

—Midoriya, Izuku Midoriya — se presentó con una tímida sonrisa, y luego recordó el motivo por el que corría así que se puso nervioso

—Perdona, voy a llegar mas tarde a mi trabajo si no me apresuro — comentó comenzando a correr y por instinto de no querer separarse de ese hermoso chico Katsuki corrió tras él

—Espera, ¿Dónde trabajas?, si quieres puedo llevarte en mi auto

— No es necesario, mi oficina está justo aquí. — Dijo Izuku señalando un edificio a la izquierda.

Katsuki asintió, pero algo en él le impulsó a seguir. —¿tomamos un café algún día? — Propuso, sorprendiéndose a sí mismo por la sugerencia.

Izuku sonrió, y esa sonrisa iluminó sus ojos. — Sí, me encantaría. Toma mi número. — le entrego una pequeña tarjeta a Katsuki y luego siguió corriendo a su trabajo.

Así fue su historia comenzó la más hermosa historia de amor ente Katsuki Bakugo e Izuku Midoriya, compartiendo sueños, risas, amor, conociendo a sus amigos unos más locos que otros y uno que otro amigo sobreprotector con el que ambos tuvieron que lidiar. Hubo también momentos difíciles que la comunicación y el amor de ambos logró vencer.

Ahora Izuku se encontraba acostado en la cama del hospital, se aferraba a la mano de su amado con debilidad. La enfermedad había debilitado su cuerpo, pero no su espíritu. Katsuki, a pesar de la tristeza que inundaba su corazón, intentaba mantenerse fuerte por su amado.

— Kacchan... — susurró con voz suave

— Deku, ¿cómo te sientes? — preguntó Katsuki con ternura, apretando suavemente la mano de Izuku.

— Estoy cansado, pero estoy bien mientras estés aquí conmigo. — respondió Izuku con una sonrisa débil.

Katsuki se inclinó y le dio un beso en la frente a su amado.

—Siempre estaré contigo amor — respondió intentando frenar las lágrimas que amenazaban con salir

—No llores amor mío — Izuku intento poner su mano libre sobre el rostro de su amado sin mucho éxito, todo eso le causaba un sobreesfuerzo.

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