Capitulo 4

1.2K 91 4
                                    

—Oye—murmuró Ona—. ¿Podemos hablar?—preguntó casi en un susurro.

El momento que llevaba todo el día planteándome acababa de llegar, y yo aun no estaba preparada.

Estuve como un minuto callada sin decir nada, intentando ordenar todo lo que estaba pasando por mi mente.

—Si, claro...—hablé, por fin.

Ella soltó un suspiro de alivio y dio dos toquecitos en su cama para que me sentase a su lado.

—Solo pido explicaciones del porque no me dijiste nada—hablé de golpe después de un rato de silencio.

—Ya, bueno... Es complicado—dijo con una sonrisa irónica, por lo que yo la miré con el ceño fruncido, sin entender nada.

—En 2017 recibí una llamada de Luis Rubiales, básicamente, ahí me decía que sabía un montón de secretos mios del pasado y que si no me alejaba de todas las del equipo, los iba a vender a una revista. Nunca acabé de entender porque quería que me alejara de vosotras, supongo que solo quería arruinarme la vida. Así que cogí la primera oferta que tenía y me cambié de club—explicó mientras su voz se rompía cada vez más.

Yo me quedé con la boca abierta y los ojos como platos, estaba flipando. No sabía como reaccionar.

—Podrías habérmelo dicho, te habría ayudado—dije.

—No podia decírtelo, Bela, no podía decir el motivo a nadie y sabía que a ti no te podía guardar secretos—murmuró—. Lo siento mucho, de verdad.

Ahí es cuando la vi llorar y entonces a mi también se me salieron las lágrimas.

—¿Porque lloras tú? Todo es mi culpa—preguntó en un hilo de voz al verme llorar.

—Lo siento mucho, por no haberme preocupado por ti los días que estabas rara, lo siento muchísimo, Ona—hablé.

Ella me abrazó.

—No lo sientas, nada es tu culpa—dijo mientras escondía su cara en mi cuello.

Hacia años que necesitaba uno de sus abrazos.

—Perdóname, por favor —murmuró la morena.

Yo me lo pensé durante un rato, mientras, seguíamos abrazadas.

—Te perdono, pero no lo vuelvas a hacer—hablé—. Te lo pido por favor.

Apretó más en el abrazo y queriéndonos estirar en la cama nos caimos cama sin querer.

—Ostia, vaya golpe—dijo riendo.

Yo me levanté entre risas y le tendí mi mano para ayudarla a levantarse.

—Te prometo que no va a volver a pasar—dijo volviendo al tema—. ¿Mejores amigas otra vez?

—Mejores amigas otra vez— le afirmé.

Ella me sonrió y luego se tiró a su cama.

—Tenemos que ponernos al día—dijo y yo asentí.

Después de eso estuvimos toda la tarde hablando y cotilleando sobre nuestras vidas.

[• • •]

Ona y yo llevábamos haciendo planes de mejores amigas toda la semana. Habíamos ido al tibidabo, a la playa, de fiesta y al cine, o si estábamos muy cansadas, simplemente nos quedábamos en la habitación hablando.

Hoy ya volvíamos a entrenar. Nos habían dado 1 semana libre de vacaciones. En un principio iba a ir a Canarias esa semana, para ver a mi familia, pero si no me convocaban para el mundial —lo más probable— iría a canarias unas semanas antes de que empezaran los partidos de las chicas.

M.A.I-Ona batlleWhere stories live. Discover now