Capitulo 17

1.4K 96 18
                                    

NARRA ISABELA

Hacia muchísimo calor en Canarias. Aún no me había acostumbrado a ese cambio de temperatura tan fuerte que estábamos pasando. Habíamos pasado de estar a 5 grados en Australia a estar a 30 y algo en Canarias.

Además que tener a mi novia con un tanga que no deja demasiado a imaginar estirada encima de mi no ayudaba mucho.

Habíamos estado toda la mañana en la piscina, disfrutando y tomando el sol ya que no nos había dado casi tiempo de tomarlo en Australia porque hacía un frío que pelaba.

Acabábamos de comer y no queríamos meternos en el agua porque teníamos que hacer la digestión, por lo tanto, algunas chicas fueron a dentro a jugar a un juego de mesa, otras a jugar al fifa y las que quedaban creo que estaban intentando hacer un pastel en la cocina. Ona y yo nos habíamos decidido por ir a tomar el sol. En un principio ella estaba tumbada en una hamaca y yo en otra, pero al final decidió que era más buena idea estirarse encima mío y echarse una siesta.

Lo que me preocupaba era el sol que le estaba dando en la espalda a mi chica. No se había puesto crema, así que tuve que enviar un mensaje por el grupo pidiendo que vinieran a traerme la crema de sol.

—¿No podías cogerlo tú? Lo tienes a 10 metros—preguntó saliendo.

—Sh...—la mandé a callar—Habla bajito que está durmiendo.

Alzó las manos inocentemente y me pasó el pote de crema.

—Muchas gracias guapa—agradecí.

Se fue por donde había venido y yo me puse en manos a la obra para ponerle crema a mi novia sin despertarla, cosa que fue imposible ya que al notar la crema fría impactar contra su espalda se despertó.

Hizo un gruñido y me abrazó más.

—Está muy fría cariño—murmuró con voz ronca.

—Ya lo sé, pero o sino te quemaras—le respondí—. Tu vuelve a dormir que hay que aprovechar que hoy puedes hacerlo.

Ella asintió escondiendo su cabeza en mi pecho y volviéndome a abrazar. Notaba como su respiración se iba calmando mientras yo le hacía un masaje en la espalda.

Cuando acabé de esparcirle la crema me quedé mirando como dormía. No se cuanto rato estuve así, pero una notificación de mi móvil hizo que desviara la vista de mi chica.

«nos vamos a dar una vuelta, supongo que no querréis venir» me escribió Alexia.

«No iremos pero gracias por avisar» Luego en otro mensaje le mandé dos corazones rojos y apagué el móvil.

Minutos después de escuchar la puerta de entrada cerrarse, noté como Ona tenía la respiración agitada.

Vi como abría los ojos y me miraba con lo que parecía ser deseo.

Cogió mi mano y la llevó a su centro, dejándome ver lo mojada que estaba.

—Joder cariño...—resoplé mordiéndome el labio—. ¿Como es posible que estés tan mojada?

—Mejor no sepas que es lo que he soñado—habló con voz ronca.

—¿Tendré que hacer algo al respecto, no?—hablé con una sonrisa pícara.

Ella asintió con la cabeza esperando ansiosa mi siguiente movimiento. El cual no se lo esperó, ya que la cogí en brazos y nos tiré a la piscina.

—Pero que...—se iba a quejar pero la interrumpí besándola.

Estuve unos cuantos minutos disfrutando de sus besos. Eran adictivos, si pudiera, nunca me separaría de sus labios.

Cuando decidí que ya había tenido suficientes besos en los labios, fui bajándolos hacia su cuello y mandíbula.

M.A.I-Ona batlleWhere stories live. Discover now