Capitulo 5

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Dos semanas era lo que quedaba para el mundial.

Hoy sabríamos la lista de convocadas.

Estaban todas súper nerviosas por saber si iban a la selección. Yo, sinceramente, no estaba muy segura de si me convocarían, porque, como ya he dicho anteriormente, he tenido problemas con la federación.

Como la convocatoria la sacarían mientras estuviésemos entrenando, todas las chicas españolas iríamos a la Masia y la veríamos allí.

Nos habíamos prohibido usar los móviles después de entrenar para así no tragarnos ningún spoiler de si estábamos convocadas o no.

—Hoy no os machacaré mucho en el entreno, seguro estáis muertas de los nervios—habló Jona cuando nos reunimos en el campo.

Todas asentimos.

Luego empezamos a entrenar.

Solo hicimos ejercicios de tiro y juegos. No teníamos partidos ya que la temporada había terminado y la pretemporada empezaba después del mundial, así que podíamos tomarnos los entrenos un poco más a cachondeo.

Al acabar nos duchamos rapidísimo. Con rapidísimo lo digo a literal, en 7 minutos exactos ya estábamos todas duchadas y vestidas.

Fuimos a La Masia y nos pusimos todas en la sala de juegos, donde habían los sofás y pufs suficientes para que entrásemos todas.

Algunos de los niños de la Masia que estaban usando la sala nos saludaron y luego se fueron para darnos privacidad, cosa que agradecimos porque tener privacidad siendo un personaje público es difícil.

Pusimos la lista de las jugadoras convocadas y la empezó a leer Mapi, ya que era una de las quince que habían decidido seguir renunciando a la selección.

Todas la que habían solicitado habían entrado, menos yo. Intenté sonreír por mis compañeras, pero la tristeza se apoderaba de mi. Así que, mientras estaban celebrando, me escapé de la sala y me fui a mi habitación.

Me tiré en la cama y empecé a pensar.

«¿No soy lo suficientemente buena?» era la pregunta que más me hacía a mi misma.

Las lágrimas no tardaron en empezar a salirme.

En el fondo quería creer que no me habían cogido por los problemas con la federación, pero los pensamientos malos siempre se apoderaban de mi. Era algo que me daba rabia, no sabía tener control sobre mis emociones.

—Bela, se que estás aquí—habló delicadamente una voz desde el otro lado de la puerta. Era Ona—. ¿Estás bien?

—Si, solo que me ha entrado sueño, hoy el entreno ha cansado mucho—me inventé una excusa lo más rápido que pude.

Era absurdo lo que acababa de decir, el entrenamiento no me había cansado en absoluto. No habíamos hecho prácticamente nada.

—Se que estás mintiendo—dijo—. ¿Me dejas entrar o entro sin tu permiso?

Yo solté un suspiro de desesperación y me escondí debajo las sábanas de mi cama.

Luego escuché a Ona entrar al cuarto y noté como se sentó en mi cama. Me destapó un poco y me acarició la espalda.

—No te pongas triste por la convocación—empezó a hablar mientras hacía círculos con su mano en mi espalda—. No merece la pena que llores por la mierda de gente que lleva la federación. Además, si lo piensas por el lado positivo, no sufrirás estando ahí y podrás pasar las vacaciones con tu familia—intentó animarme.

Entonces un sollozo delató que estaba llorando.

Ona se sentó apoyando su espalda en la pared y yo me apoyé en su pecho mientras que la abrazaba.

—Llora todo lo que necesites, Bela, yo no me voy a ir—dijo dejando un beso en mi cabeza.

«Yo no me voy a ir» se repetía en mi cabeza. «Ojalá» pensé en ese momento

Estuve llorando unos pocos minutos más. Cuando terminé, me sequé las lágrimas y alcé mi cabeza para mirar a mi mejor amiga.

Al darse cuenta que la estaba mirando me regaló una sonrisa que al verla me dieron ganas de sonreír.

Me quedé unos segundos de más mirando sus labios. Ella estaba haciendo lo mismo.

No se como pero cada vez estábamos mas cerca. Parecía que hubiese un imán que nos estaba intentando acercar.

Cuando quedaban unos pocos milímetros para que nos juntásemos al completo, una voz nos interrumpió, haciendo que volviésemos a la realidad.

—¿Ona, Isa, estáis bien? Habéis desaparecido de la celebración—preguntó Alexia.

Nos separamos de golpe y yo miré a la morena avergonzada, mientras ponía un mechón de pelo detrás de mi oreja y bajaba la vista al suelo.

—He tomado leche normal para desayunar y ahora me está pasando factura—inventé. Esta excusa si que era creíble.

Nos levantamos rápidamente y nos dirigimos a la puerta, la cual abrimos dejándonos ver una imagen de la rubia con las mejillas pintadas de rojo y amarillo, cosa que me hizo reír.

—Ya volvíamos ahora hacia abajo—dijo Ona.

Yo asentí, así que las tres nos volvimos hacia abajo.

Sinceramente yo no quería estar allí. Sentía como que no encajaba. Era la única a la que le habían rechazado.

Mapi se acercó a mi.

—¿Sabes una cosa?—dijo, yo negué—. En el comunicado también decía que aún faltaban jugadoras por decidir y que las anunciarían esta tarde, así que no te pongas triste.

Yo me sorprendí.

Aún tenía posibilidades de ir.

Joder, que emoción.

—¡Aún tengo posibilidades de ir!—grité, sin querer, felizmente. Todas se callaron, me miraron y empezaron a aplaudir. Ona vino a abrazarme.

—Me alegro muchísimo por ti, Bela, seguro que entras—susurró contra mi cuello.

La piel se me puso de gallina al notar su aliento contra mi cuello.

—Eres la mejor—ahora susurré yo.

Notaba como mi corazón iba a mil por hora. No sabía que me pasaba, pero supuse que sería por la emoción del momento.

Ona se separó un poco de mi, seguía abrazándome pero esta vez de lado y por los hombros.

—¡Es hora de irnos a echar una siesta, que hoy se sale!—dijo Ona animada.

Todas asintieron gritando y luego se despidieron.

—Se que ha pasado algo en el cuarto, a mi no me escondes nada—me dijo Alexia antes de despedirse—. Cuando estés preparada me lo cuentas—yo asentí—. Adeu guapa.

Le di un beso en la mejilla y me despedí.

Luego Ona y yo subimos a nuestro cuarto y nos echamos una siesta. Que con lo que dormíamos nosotras, luego no aguantábamos la noche.




Casi se me olvida de publicaros capítulo hoy 🤦🏼‍♀️😞

M.A.I-Ona batlleМесто, где живут истории. Откройте их для себя