Capitulo 6

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Me despertó el sonido de una alarma.

—Ay, que no me acordaba que había puesto alarma—se quejó Ona desde su cama.

Mientras, la alarma seguía sonando y ya me estaba empezando a estresar.

—Apaga eso ya—murmuré con voz ronca.

Ella lo apago y yo solté un «gracias» casi inaudible.

Escuché como se levantaba y luego venía hacia mi cama, para tirarse encima de mi.

—Quiero seguir durmiendo—me quejé.

—Hay que empezar a prepararse, que a las 8:30 vamos a un restaurante a cenar y luego a las 11 entraremos en el reservado de la disco—explicó.

Yo asentí con la cabeza haciendo como que me había enterado de algo, pero el sueño se estaba apoderando de mí y me estaba volviendo a dormir.

—¿Isabela, me estás escuchando?—dijo. No parecía enfadada, pero acababa de usar mi nombre completo y eso eran señales de que estaba enfadada. Además, sabía que le daba mucha rabia que la ignorasen.

Hice un sonido de asentimiento con mi garganta mientras me desperezaba.

—Entonces empieza a vestirte.

Me levanté a los 5 minutos y escuché como Ona salía del baño.

—No se que ponerme—dije mirando mi armario.

Ella se acercó a mi lado y se puso también a mirar mi armario.

—Puedes ponerte estos tejanos, una camiseta de tirantes y la cazadora de cuero negra—propuso.

Era buen outfit, a demás era fresco, así que no me iba a asar de calor dentro de la discoteca.

—Me gusta—le dije cogiendo la ropa.

—Voy a peinarme, de mientras cámbiate—dijo y yo asentí.

Hice lo que me dijo. Cuando acabé de vestirme cogí mi teléfono y me hice una cuántas foto en el espejo. Cuando iba por la segunda foto, una chica con un vestido negro que le llegaba por las rodillas se puso a mi lado haciendo muecas graciosas.

Me giré para mirarla de arriba a abajo para ver su outfit. Le tendí mi mano para darle una vuelta y así verlo mejor.

Estaba muy guapa.

Ella siempre me había parecido una chica guapísima desde pequeñas, pero últimamente me lo resultaba más aún.

—¿Que, te gusta?—preguntó.

—Tengo a la mejor amiga más guapa del mundo—dije sonriéndole.

—Que raro, porque yo también—sonrió ella también.

¿Estábamos tonteando? No, ni de coña.

—Tendrías que volver a raparte—murmuró mientras veía como me hacía un moño, ni alto ni bajo.

Llevaba días pensándolo. Llevar las patillas y un poco más rapado quedaban genial pero era una putada de mantener si querías que quedase bien.

—¿Quieres hacerlo tú?—le pregunté mientras cogía la maquinilla.

Ella asintió con una sonrisa.

Se la tendí y ella empezó a pasarla delicadamente por la parte que ya estaba rapada.

—Me estoy cansando, siéntate en la tapa del retrete, porfa—pidió.

Yo le hice caso y me senté donde me dijo.

—¿No te molesta si me siento en tus piernas, no?—preguntó y yo negué.

¿Porque iba a molestarme? Solo éramos amigas.

Al pasar la maquinilla por mis patillas, acercaba su cara a la mía. No sabía si lo hacía a posta, pero notaba como el corazón empezaba a latirme cada vez más rápido y podía jurar que el de ella estaba igual.

No se porque nos estaba pasando esto ahora después de tantos años de amistad.

Coloqué mis manos en su cintura para que no se cayera. Inconscientemente empecé a mover mis pulgares haciendo círculos en su cadera, notando como su pulso aumentaba.

Al acabar me miró y se mordió el labio. Otra vez, me quedé embobada mirando sus labios y ella, al parecer, también con los míos.

Empezamos a acercarnos. Esta vez no había nadie ni nada que hiciera separarnos.

Nuestros labios se juntaron. Encajaban como si se tratara de dos piezas de puzzle.

Un montón de mariposas empezaron a revolotear en mi interior. Eso confirmaba todo lo que había estado sintiendo últimamente. ¿Me gustaba mi mejor amiga? Claro que me gustaba. «¿Como no me había dado cuenta antes?» pensé.

Sus labios eran suaves y cálidos. Tenían un leve sabor a cereza que hacía querer besarla más.

Al separarnos apartó su mirada de mi avergonzada.

—No tendríamos que haber echo esto...

—Shh...—la interrumpí cogiéndola del mentón para que me mirase—. No se que está pasando entre nosotras, pero lo que si se es que tu tenías tantas ganas de este momento como yo.

Ella me miró y me abrazó.

Me tomo de sorpresa, pero yo le correspondí el abrazo encantada.

—Tendríamos que ir yéndonos ya—murmuró Ona.

Yo asentí.

—Me hago bien el moño y vamos.

Llevo muchos días de buen humor ya que he vuelto a encontrar el amor en la mejor persona que me hubiera encontrado, así que como estoy feliz quiero que vosotras también lo estéis con un nuevo capítulo❤️.

M.A.I-Ona batlleDonde viven las historias. Descúbrelo ahora