Capítulo 15

21 4 0
                                    

Lola Gutiérrez

Pasamos dos días hermosos con Emanuel —por mucho que me cueste decirlo—. No nos volvemos a cruzar con Jessica ni su grupo, él tampoco asistió a la fiesta del domingo, excusándose con que estaba insolado, pero apenas estuvimos ante el sol. Ni siquiera nos metimos al mar ese segundo día juntos.

Las cosas no se resuelven por arte de magia, así que no pude hablar en lo absoluto con Jessica y ella tampoco hizo nada al respecto. Tenía una imagen positiva de ella, pero ahora...

—¿En qué pensás, Lo? ¡Ya sé! Te encantó el bosque energético.

Sí, fuimos a ese lugar y estuvo muy bueno hasta que me agarraron ganas de hacer pis y no se podía mear en el bosque. Al menos yo no me sentía bien haciéndolo, así que nos volvimos antes de tiempo y con mi llanto de impotencia.

—Muy gracioso.

—Entonces fue el bosque de los patricios. Estaba muy lindo.

Sí, ese lugar fue hermoso porque incluso reservó para andemos en un bote a pedal. La verdad fue divertido mientras veíamos el lugar y él hacía chistes de que el agua estaba meada.

Sí, muchas veces la misma palabra escuché.

—Tampoco.

—Bue, hermana, ¿la playa? No es tu estilo.

—Estaba pensando en Jessica.

Estaba en el baño, pero de inmediato lo veo saliendo con el cepillo en la boca y diciendo "sos joda" de una forma muy poco atractiva. Uno pensaría que ya cogimos, pero no, tenemos nuestras... cosas raras, creo.

No, es más. ¿por qué garcharíamos? Es una completa boludez. Además, cada vez que hay un momento de tensión, pasan un tema de Maria Becerra y él lo empieza a cantar con toda la pasión del mundo. Incluso ahora se acerca, tras lavarse los dientes, y parece preocupado hasta que suena "El amor de mi vida" y empieza a cantar el tema delante de mi cara. Gracias por tanto, Ema...

Me acuesto dándole la espalda, un poco cansada de su boludeo. Siento que me está esquivando de todas las formas posibles y que estas "citas" en realidad fueron porque le di pena. Soy una mina hermosa, estuvimos juntos dos días completos, pudimos haber hecho de todo..., pero no. Es evidente que él solo quiere volver al trabajo y a la misma boludez de siempre.

—Lo...

—¿Sí? —pregunto estúpidamente rápido.

—¿El finde que viene volvemos a salir?

—No sé, vemos.

—Pero necesitás salir conmigo, despejar la cabeza y volver el tiempo atrás.

—¿Volver el tiempo atrás? Sí, claro —digo con burla, logrando sentir cómo apoya su cabeza en mi espalda.

Esto parece raro, pero él siempre hacía eso cuando éramos más pibes. Dormíamos juntos y no me abrazaba, pero apoyaba la cabeza ahí y jodía con un montón de cosas hasta que quedaba dormido.

Siento mucha nostalgia de aquellos tiempos, no sé si es correcto dejar que se quede ahí.

—Te hablo en serio, boluda. Quiero llevarte para todos lados.

Mi corazón empieza a latir como loco porque además de esas palabras, él encuentra mi mano y la toma, abrazándome desde ese aspecto. Esto es normal, ¿no? Como en los viejos tiempos.

—Que te chupe tres huevos, Jessica, yo te voy a enseñar un montón de cosas buenísimas. No conocés la vida, Lola, y me siento culpable de eso.

—En serio, no hace falta que...

Las ocurrencias del diseño | ONC2024Donde viven las historias. Descúbrelo ahora