Infierno

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El mundo está lleno de arrepentimientos, sentimientos negativos y dolorosos que atormentan la vida. 

¿Los ángeles que siguieron a Lucifer se arrepienten? No, no lo hacían desde el fondo de su corazón, pero consideraron que era completamente injusto el castigo impuesto, el profundo y doloroso resentimiento en sus corazones creciendo sin más. 

No culpaban a Lucifer ya que después de todo ellos fueron quienes tomaron la decisión de seguirlo. 

Para ellos su castigo, el ser convertidos en estos cuerpos fue humillante y cruel. Lucifer intentó ser la luz pero parecía no poder brillar, no podían culparlo por lo sucedido. 

Tuvieron que tomar este lugar como suyo y el primer ángel que se levantó fue Azazel, el primer ángel que siguió a Lucifer. Ya que había sido decisión de todos el seguir a Lucifer, era también su responsabilidad asumir parte de la culpa. 

Azazel les habló con convicción y planearon el cómo hacer de este su nuevo hogar. 

Todos por supuesto no sabían cómo, pero Azazel fue el primero en levantarse. Su cabello que alguna vez fue rubio se convirtió en un profundo negro. Su piel se torno gris y sus ojos alguna vez verdes se tornaron amarillos. Tenía cuernos y en la lucha perdió una de sus alas, la otra no servía de nada. 

Pasó demasiado tiempo para poder empezar a hacer algo. Dividieron el infierno en secciones. Diferentes anillos, entendieron el peso divino cuando el primer pecador llegó. 

Sin embargo Lucifer no quería lastimarlo, al contrario trato de escucharlo, saber qué hizo mal y expiar su pecado, una acción noble. Todos estuvieron de acuerdo, no es que importe pero silenciosamente todos estuvieron de acuerdo con que Lucifer reinará sobre todo este lugar.

Por qué sabían que mientras ellos se llenaban de resentimiento Lucifer no lo hacía y eso lo hacía mucho mejor líder que cualquiera de ellos. 

Con el tiempo más y más pecadores empezaron a llegar y poco a poco los anillos empezaron a tener forma. 

— Creo que… deberíamos mantener algún tipo de orden. Me gustaría que algunos de ustedes gobiernen un anillo. — Lucifer los miró y todos estuvieron de acuerdo. 

Ahora en el infierno algunos cambiaron su nombre, otros lo mantuvieron como Azazel. 

Lucifer le asignó un rey a cada anillo y les permitió moldearlo a su gusto ya que reconocía que no podía hacerlo todo él mismo. 

— No me gusta lo que haces. — Lucifer miró a Lilith quien también lo miró. Ella sabía a lo que se refería y recientemente habían estado saliendo. 

— Soy yo quien no entiende por qué no odias al cielo. — Ella habló con firmeza, no quería sonar duro porque sabía que Lucifer se estaba esforzando por todos ellos. 

— El cielo alguna vez fue mi hogar también sabes. 

— Pero lo que te hicieron fue horrible y se que también lo has notado, los pecadores nos hacen fuertes. ¡Todos ellos son como nosotros! Están aquí por que el cielo los desprecio, no entiendo por qué quieres que ellos cambien solo para seguir esas reglas, que te recuerdo son las mismas que te llevaron aquí. — Lilith fue franca aunque aún pudo ver el dolor en los ojos de Lucifer. — Luci lo siento, s-simplemente no creo que el cielo merezca tu amor. 

— Lilith, entiendo tu punto pero no creo que sea la manera, si sigues presionando vas a empeorar las cosas. — Lucifer aconsejó pero Lilith no quiso escuchar ya que han tenido esta charla varias veces, mientras Lilith los empoderó, Lucifer creyó en la redención. 

El Hijo del Infierno Donde viven las historias. Descúbrelo ahora