Grito

1.2K 192 46
                                    



[Inicio del Arco de los Caídos]

[Abvertencia: Se tocan temas sensibles]

Los secretos son dolorosos de reconocer, te agotan de una manera indescriptible. Pero para alguien como Bazil aquello era lo único que le daba algún tipo de valor.

Pero, no siempre fue así, como todos antes él fue creado por dios, nació sin saber nada de él, sin propósito al parecer… era un niño soñador y con esperanza, rápidamente se dio cuenta que las cosas no eran fáciles, no para seres como él. 

Al parecer el no tener un propósito era tabú, era muy malo y fue marginado. Para alguien como Bazil que acababa de aparecer, de abrirse paso a este mundo, ¿Cómo iba a enfrentarlo? 

°

Alastor abrió los ojos repentinamente, estaba confundido, había estado hablando con Bazil hace poco antes de completar un trato y atar el alma del pequeño ángel. 

Pero tan pronto se cumplió todo, sintió que se desvanecía y ahora no tenía idea de dónde estaba. Miró alrededor y luego se dio cuenta.

Su aspecto había cambiado, no se veía como normalmente lo haría y se dio cuenta que parecía tener su aspecto de humano una vez más, fue totalmente desconcertante. 

No podía usar sus poderes y mirando alrededor se dio cuenta que esto era el cielo, de alguna manera terminó aquí, al menos es lo que parecía por el sitio deslumbrante. 

— Disculpe- — Alastor abrió los ojos sorprendido cuando se dio cuenta que no podía interactuar con nadie de ahí, era como invisible para todos ellos. 

No entendía qué pasaba exactamente pero pronto se dio cuenta, cuando vio a Bazil más joven, mucho más joven aparentemente huyendo de algo muy aterrado. 

Alastor poco a poco entendió lo que Bazil quiso decir con que le mostraría los secretos que conocía. 

El mismo Bazil que parecía estar atado a alguien y que no podía decir nada. 

Entendió que debía seguirlo y así lo hizo, Bazil está sollozando mucho, tenía su ropa sucia y su cara maltratada.

Se escucharon las risas de otros niños que parecían buscarlo, era claro para Alastor lo que estaba pasando, por supuesto no sabía cómo sentirse, no es que le importe Bazil pero… que injusticia tonta. 

Los niños alcanzaron a Bazil, no fue sorpresa ver que jalaban su cabello y hasta ese momento Alastor recién noto que jalaban las muy pequeñas alas de Bazil. Los otros niños tenían alas acorde a su edad pero Bazil las tenía extremadamente pequeñas. 

Hizo una mueca e intentó tomar a uno de los niños pero su mano no logró tocarlo, olvidó que no podía hacer nada.

Se quedó mirando cómo lo golpeaban hasta que se aburrieron, Alastor se quedó quieto observando por qué era todo lo que podía hacer, por el rabillo del ojo miró a un hombre, rápidamente frunció el ceño. 

Este hombre sonreía de una manera absolutamente desagradable para el, ha visto a humanos así antes, repugnante fue lo que pensó cuando este se acercó a un lloroso Bazil. 

— Pero mírate, ¿Qué ha pasado Bazil? — Bazil llora en los brazos de este hombre pero Alastor hace un mueca, la forma en que agarraba a Bazil, tuvo que apartar la mirada con completo desagrado, Bazil era un niño, no entendió nada más que alguien se preocupaba por él. 

El Hijo del Infierno Donde viven las historias. Descúbrelo ahora