Necesidad

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Ivan observó con cuidado a Alastor, este le estaba dando la espalda mientras cocinaba. Como prometió Alastor le dio una radio, la suave canción de la clásica música de Jazz se escuchaba para variar.

— ¿Qué dijiste que ibas a cocinar? — preguntó con cuidado. Movió su mano a su bolsillo, de él sacó su nuevo celular donde había un mensaje de Velvette. 

— Es Jambalaya querido, apreciaría que no uses esos aparatos en la mesa. — Ivan guardó su celular cuando Alastor se acercó con un plato. 

— Sé ve delicioso.

— Lo es, una receta de mi madre. — Aseguró y Ivan guardó silencio un momento. 

— Tu madre era encantadora. Una mujer feroz que protegía a su hijo sin dudar. — Alastor solo sonrió pero Ivan estuvo agradecido por la comida. 

— ¿Qué harás hoy? 

— Tengo que ver a Stolas. Tengo que callar a las malas lenguas y lidiar con Blitzo. — Ivan hizo una mueca cuando mencionó a este último. 

— Si quieres puedo acompañarte. — Ivan lo miró dudoso. 

— ¿Por qué? 

— Temo que te puedas salir de control. Parece ser que esa mujer es un tema que te pone al límite y aunque no puedo entender la importancia de las relaciones amistosas, veo que eso te afecta. — Ivan lo miró frunciendo el ceño.

— ¿Nunca has conocido a alguien a quien quieras proteger? — preguntó Ivan con calma, Alastor lo pensó un momento. 

— Quizás mi madre pero supongo que esa no es la respuesta que esperas. — Ivan soltó una risa al recordar cuando era un niño. 

— Es una pena Alastor, me gustaría que tuvieras amigos en los cuales pudieras apoyarte. — Ivan tomó su mano.

— No veo cómo eso es útil. Sinceramente suena más como una debilidad. — Ivan rodó los ojos pero sonrió. 

— He estado solo antes, Alastor. — Ivan recordó su primera vida brevemente. — Realmente no es bonito, me gusta tener gente en la cual me pueda apoyar. 

— Realmente ellos parecen importantes. 

— Hay mucha gente que me importa. Las conexiones son importantes y son parte de lo que somos, no puedes tener miedo a que la gente entre en tu corazón. — Alastor empezó a reírse locamente. 

— Oh querido, no tengo aquello. Tener amigos es irrelevante y no los necesito. — Ivan negó y dio un ligero suspiro. 

— Si sigues así terminarás solo, estar solo no es lindo. — Ivan terminó de comer y se levantó. 

Le permitió a Alastor seguirlo pero le pidió espacio cuando fue a ver a Stolas. 

Ivan tembló cuando entró en la habitación. Verlo llorar sin parar le hizo recordar a como estaba en sus momentos depresivos después del incidente de Stella. 

Octavia no quería verlo, no quería ver a nadie al parecer, ni mucho menos a Loona. No querían forzar a Octavia con la situación pero también querían explicar, decirle que incluso con lo difícil de su nacimiento aún la amaban, que su padre no la odiaba. 

Stolas lloró en los brazos de Ivan, como en aquellos tiempos Ivan le cantó pequeñas canciones hasta que se quedó dormido. Velvette se ofreció a cuidarlo lo cual fue bueno. 

El Hijo del Infierno Donde viven las historias. Descúbrelo ahora