Cuidado

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Ivan soltó una quejido suave antes de abrir los ojos, le tomó un momento reaccionar del todo y recordar, intentó levantarse pero Stolas lo detuvo. 

— Ten cuidado, aún no estás del todo bien. — Ivan lo miró mientras fruncía el ceño suavemente y mirando alrededor. — ¿Puedes hablar? ¿Te sientes mal? 

— Yo… no. ¿Cuánto tiempo ha pasado? — preguntó suavemente. 

— Uff una semana. Lo siento no me dejaron llevarte de regreso. — Stolas lo miró nervioso lo cual era entendible. 

Ivan se levantó al escucharlo, tu mirada se tornó sombría. 

— Vamos de regreso. No estoy en condiciones de seguir la discusión. — Stolas lo entendió mientras lo ayudaba. 

Sin embargo Bazil justo entraba y se sorprendió de verlo. 

— ¡Oh por los cielos! — Bazil parecía genuinamente alegre de verlo despierto. — Espera, aún no debes levantarte.

— Me voy de regreso. — Bazil se preocupo al escuchar eso.

— P-pero la reunión-

— No estoy en condiciones. — Bazil parecía entrar en pánico.

— ¡Príncipe, lo siento mucho! No pensaba que le pasaría algo malo. — Ivan suspiró viendo que no mentía. 

— Está bien, sabía que no seríamos bien recibidos desde el principio, mi padre reprogramara una nueva reunión. — Bazil parecía mucho más nervioso jugando con sus manos torpemente.

— Yo lo entiendo, lo siento mucho. Pensé que el señor Rafael solo le haría preguntas sobre su padre, y-yo subestime la situación. — Bazil bajo la cabeza pidiendo perdón pero Ivan frunció el ceño.

— ¿Mi padre? — Bazil lo miró un poco confundido. 

— ¡Ah! S-si ya sabe, cómo su padre era cercano a Rafael pensé que le haría preguntas sobre él, ¿No fue así? — Ivan negó, cansado.

— No, él preguntó sobre mi madre. Ni siquiera sé dónde está, no la he visto en años y él simplemente preguntó a la fuerza. — Bazil parecía sorprendido. 

— Y-ya veo, entiendo que el cielo no tiene una buena imagen de Lilith. Debí suponer que sería juzgado por ser su hijo. — Stolas parecía pensativo. 

— ¿No odian a Lucifer? — Preguntó entonces y Bazil negó sorprendido. 

— ¡No! No es así, los arcángeles más antiguos lo adoraban, eso hasta su expulsión del cielo. Por supuesto los más jóvenes lo detestan pero no lo conocen, incluso yo no lo hago pero no lo odio. Pensé que el señor Rafael quería conocer al hijo de quien alguna vez fue cercano. Me equivoqué, lo lamento. — Ivan frunció el ceño, su padre nunca le ha hablado de eso, fue toda una sorpresa. 

— Entiendo… eso creo. — Bazil apretó los puños temeroso. 

— No sabe cuánto lo sentimos, si hay algo que pueda hacer. — Ivan entendía por qué Bazil estaba tan desesperado por pedir disculpas. 

Si la tensión era mala ahora, con el incidente reciente el conflicto podría estallar conociendo a su familia. 

Sin embargo Ivan no quería que eso ocurriera, una guerra era lo último a lo que quería recurrir. 

— Está bien, mira. No se como se lo tome mi padre pero intentaré que se solucione esto, yo tampoco quiero una guerra. Y dile a tu señor. Que preferiría no tratar con él a solas nunca más. Que incluso si es alguien superior esto era una reunión de diplomacia y que espere una carta de mi padre, dudo que esté contento con esto. — Bazil bajo la cabeza.

El Hijo del Infierno Donde viven las historias. Descúbrelo ahora