16. Las secuelas son horribles

554 56 17
                                    

16. Las secuelas son horribles

Francess Blake

No le dije la verdad al psiquiatra, porque eso pondría en una situación complicada a los trillizos. No debería protegerlos, pero lo hago.

Le comenté simplemente mis problemas de autoestima, diciendo que fueron creados por mí misma, y mi mala relación con mis padres.

Durante los tres días que estoy en el hospital, no me dejan sola en ningún momento. Siempre hay alguien conmigo, ya sean los trillizos o Destiny. Virginia no ha venido mucho, porque ha tenido lío con el funeral de su hermano, pero ha llorado sobre mi hombro un par de veces.

Mis padres, cómo imaginé, no han venido ni una sola vez al hospital. Ahora que sé que no estoy sola, creo que no me importa tanto.

Ahora, tres días después, Calix por fin aparca su Jeep frente a mi casa.

Nos quedamos unos segundos en silencio, sin movernos de nuestros asientos.

Las cosas entre él y yo han sido complicadas. Calix no se ha alejado de mí en ningún momento, pero hay cierta tensión en el ambiente. Todavía no entiendo por qué se alejó de mí tras nuestra noche. Tampoco sé cómo afrontar que él y yo nos hayamos acostado.

Es todo muy raro.

—¿Quieres venir a mi casa? —cuestiona suavemente— Virginia vendrá y veremos una película. Cenaremos pizza.

Se me escapa una pequeña mueca, pensando en la cantidad de calorías que puede tener una pizza. Calix nota la expresión de mi rostro, pero no hace nada más allá que mirarme unos segundos de más.

Ahora que todos saben sobre mis problemas alimenticios, (si es que se puede llamar así), se están encargando de mantenerme alimentada. Incluso Destiny y Virginia me cuentan las comidas.

—Supongo, ¿podemos ver una de miedo?

Necesito algo de adrenalina tras pasar tres días en una camilla de hospital, llena de tranquilizantes y psiquiatras. Sin duda, un buen susto me vendrá bien.

—Por supuesto, Ambrose tiene todas las películas de terror que puedas imaginar en su habitación —una pequeña sonrisa pícara tira de sus labios—. Probablemente incluso vea porno sobre el conde Drácula o alguna mierda así.

Suelto una risita divertida, mirando a través del vidrio frontal.

—Nunca he visto porno —comento, pensando en si existe tal cosa sobre personajes del cine de terror.

Debe ser... Divertido. Supongo.

Las cejas de Calix se alzan casi hasta la línea de su oscuro cabello, mirándome con incredulidad.

—¿Hablas en serio? —cuando asiento, baja la mirada un tanto pensativo— Bueno, es bueno saberlo.

—No veo por qué —bromeo, con una pequeña sonrisita, antes de desabrocharme el cinturón—. ¿Vamos o no?

Él asiente en seguida, bajándose del coche.

Ambos nos encaminamos hasta la casa Greco, a paso tranquilo, y al abrir nos encontramos con la madre de los trillizos y Verona, la hermana menor, en lo que parece una discusión.

—No entiendo por qué no puedo ir —se queja la más pequeña. 

—Porque todavía eres muy pequeña y... —la señora Greco se corta al vernos entrar y sus cejas se alzan con una mueca de sorpresa que disimula rápidamente— ¡Frankie! Qué sorpresa verte de nuevo por aquí. 

CALIX (SDR 3)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora