DxD: El juego de Salomón

¡Capítulo 9: Tiempo de mazmorra!

Actualmente era tarde en la noche, durante la misma noche Kuroka recogió la señal de su hermana mientras se movían en silencio por las calles. Debido a la posibilidad de que esto sea una trampa, Issei también almacenó 2 [Boost] para usar con [Explosión] en caso de que los necesite o Kuroka pueda necesitarlos. Resulta que Shirone no vivía demasiado lejos de ellos, sino que vivía a solo 20 minutos a pie en un edificio de apartamentos.

Y a medida que se acercaban a él, Issei la vio. La chica pequeña de Gremory Peerage, su Rook, y la hermana de Kuroka, Shirone, AKA Koneko. Estaba en el techo plano de su edificio de apartamentos, probablemente esperando que apareciera su hermana. No sabían que aquí era donde Kiba también vivía, pero no importaba. Probablemente estaba dormido a esta hora, lo que significa que pueden esperar una charla pacífica o una posible pelea total.

Las posibilidades eran 50/50.

Akeno vivía en su pequeño santuario y Rias vivía en el edificio ORC en Kuoh, lo que significa que en este momento la nobleza Gremory estaba dividida y tuvieron una excelente oportunidad de hablar con ella.

Mientras esperaba encima del techo, Koneko estaba pensando en la gravedad de sus acciones aquí. Ella estaba tratando de hacer contacto con un criminal buscado contra los deseos de su maestro y sin su conocimiento. Sabía que esto era malo, que lo que estaba haciendo era traicionar la confianza de Rias en ella, pero no tenía otra opción. Tenía que hacer esto, ¡NECESITAba hacer esto! Ella no podía soportarlo más. ¡Tenía que enfrentarse a su hermana, TENÍA que hacerlo!

Entonces sus sentidos captaron algo. El Ki de su hermana, pero también el Ki de otra persona. Pero no necesitaba esperar mucho tiempo mientras escuchaba a alguien caer detrás de ella. "Bueno, no creía que fueras tú quien me llamara, Shirone." Kuroka dijo mientras estaba detrás de su hermana, y cuando Koneko se dio la vuelta, notó a la persona que estaba con ellos. Bueno, excepto por la máscara.

¡Sí, señor, Issei vino preparado para que su portada no se volara completamente! Claro, Koneko podría recordar su Ki ahora, ¡pero al menos no conocerá su cara! Issei simplemente buscó y encontró una vieja máscara de Ghost Rider del pasado Halloween.

"Así que viniste.." Koneko respondió, mirando a su hermana y al macho a su lado. Ese era él, el Emperador Dragón Rojo, ella lo sabía. Sin embargo, cuando trató de sentir su Ki, lo encontró. No eran una mala persona, por el contrario, incluso, pero cuando miró más profundo sintió la ligera firma Ki del dragón. Pero había algo más dentro de allí. Viejo Ki, antiguo incluso, y extraño. No podía ponerle el dedo, pero decidió centrarse en su hermana. "Por qué has vuelto?"

"Por qué, ¿no puedo estar en la misma ciudad que tú? Créeme cuando digo que tampoco sabía que estabas en la ciudad cuando me mudé aquí con mi querido dragón." Kuroka respondió, manteniendo su comportamiento tímido y ligeramente juguetón. "Fuiste una sorpresa, una que nos tuvo en guardia durante bastante tiempo. No quiere ser descubierto, ya ves."

Koneko estrechó aún más los ojos a su hermana. "No deberías haber regresado...Ríndete."

"No está sucediendo." Ddraig dijo que el Equipo Impulsado se materializó al mando de Issei. Iba a hablar por su compañero, pero su apariencia hizo que Koneko se estremeciera un poco. "Mi compañera aquí es muy aficionada a ella, así que a menos que ella misma decida rendirse a los demonios, entonces no permitiremos que la lleven."

"Nya, y yo por mi parte no creo que tenga muchas posibilidades en un juicio 'justo." Ella agregó, haciendo su punto. Sin embargo, mientras miraba a su hermana, no pudo evitar sentir una apariencia de remordimiento brevemente. "No tiene que ser así, Shirone-"