Capitulo 18

34 5 0
                                    

Santana y Brittany entraron al centro comercial, cada una tomando una mano del niño, parecían una familia.

Blaine era de piel clara como Brittany y tenía el cabello negro como el de Santana, podía pasar perfectamente por su hijo.

Mientras recorrían las tiendas, Brittany le dijo a Santana que buscaran una tienda para niños para comprar el bañador. Encontraron una, Brittany entretenida en las vitrinas de las tiendas cercanas, no se dio cuenta cuando Santana y Blaine entraron en la tienda sin esperarla.

Los buscó hasta que los encontró.

Se quedó observando en una esquina cómo Santana, tomando de la mano a Blaine, recorrían la tienda y cómo las vendedoras se les acercaban. A Blaine le apretaban la mejilla y le hacían caritas y a Santana le sonreían y le batían las pestañas.

Brittany se acercó con cautela para escuchar lo que decían las vendedoras:

―Este bañador le gustará a su hijo señorita, es del súper héroe de moda.

―¿Te gusta este Blaine?―preguntó Santana, el niño negó con la cabeza.

Brittany siguió acercándose, si bien era divertido ver a Santana en el papel de mamá, no aguantaba que las mujeres se le lanzaran encima.

―Creo que a tu hijo le gustará más este, que es de los dibujos animados del momento―dijo una rubia y guapa mujer, que cargaba a un niño de unos dos años.

A Brittany le hirvió la sangre y decidió acercarse, no aguantaba ni un coqueteo más a su mujer.

Santana la vio acercarse por detrás de la rubia mujer, con una media sonrisa entre divertida y enfadada.

Solo sonrió.

―Cariño estaban aquí, pensé que no los iba a encontrar.

Brittany pasó por delante de la mujer y se acercó a Santana para besarla. La morena solo sonrió, le gustaba que Brittany la reclamara como suya delante de otras personas.

―Te estábamos esperando, hemos visto algunos modelos de bañadores, pero a Blaine no le ha gustado ninguno.

La rubia se alejó al ver que Santana abrazaba a Brittany y no prestaba atención a nadie más.

Santana la tomó por la cintura y la atrajo más para darle un suave beso y decirle:

―Me encantas así celosa, te ves más sexy si es posible.

―¿Celosa yo?―le dijo abriendo los ojos y alegando una falsa inocencia.

―Sí tú, aunque no lo quieras reconocer, vi tu celosa mirada sobre la mujer que me estaba hablando.

―Te estás imaginando cosas San, yo no soy ni un poco celosa.

Brittany sintió como su cara se calentaba, de lo roja que seguramente estaba en ese momento.

―Cómo tú digas cariño―la volvió a besar y la soltó dedicándole una sexy sonrisa.

Después de un rato encontraron todo lo que necesitaban para el pequeño y se dirigieron hasta la mansión López.

Una vez que entraron y saludaron a las mujeres de la familia, Brittany se dedicó a perseguir a su sobrino, que revoloteaba por todo el salón de la mansión, nerviosa de que fuera a romper algo.

―Quédate quieto Blaine por favor.

El niño no escuchaba lo que su tía decía y seguía corriendo y arrastrándose por el suelo.

―Déjalo querida,―le dijo la abuela de Santana, que reía ante la escena―Deja que haga lo que quiera, que juegue tranquilo.

―Es que no quiero que vaya a romper algo. No sé por qué está tan inquieto hoy. ¡Blaine para por favor!

RojoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora