Capitulo 34 - Final

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El día de la boda comenzó temprano para Brittany, alimentó a sus mellizos y luego se metió en la ducha.

Santana aún dormía después de la despedida de soltera que había tenido la noche anterior.

Cuando llegó a casa de madrugada, despertó a Brittany cubriéndola de besos, para amarla desenfrenadamente y a hora estaba ahí, dormida profundamente.

La boda sería en la tarde, pero la rubia quería estar perfecta y que nada se le olvidara, por eso había comenzado su día tan temprano.

Fue a la cocina, se sirvió su dosis de cafeína diaria, picó algo de frutas y comenzó a comérselas, pensando que dentro de pocas horas, sería la mujer de la mujer que dormía profundamente en la habitación de arriba.

Se dirigió a la habitación de sus hijos y los vistió para salir.

Luego entró en su dormitorio, donde su futuro esposa, seguía durmiendo como si nada.

Brittany dejó a Barbie sobre la cama y la pequeña gateó hasta llegar donde su morena mamá, se acercó y comenzó a llenar su mejilla de suaves besos mojados. Santana seguía con los ojos cerrados, pero tenía una gran sonrisa en la cara.

Luego fue el turno de Samuel, que llegó gateando a toda velocidad junto a su hermana, pero en vez de besos, él empezó a golpearle la mejilla a su mamá.

―Eso es bebés, despierten a la dormilona de mamá―decía Brittany riendo al ver cómo Santana seguía haciéndose la dormida.

―A estos bebés les gusta madrugar igual que a su mami. ¡Déjenme dormir!―gritó Santana y comenzó a hacerle cosquillas a los bebés.

Los mellizos chillaban por las cosquillas que les propinaba su mamá. Brittany solo observaba a su linda familia.

―Sanny levántate, tenemos una boda a la cual asistir, y te recuerdo que no podemos faltar porque somos las novias.

―Pero Britt, la boda es en la tarde, ¿era necesario levantarse tan temprano?

―Sí, no quiero que nada falle. Sé que tu mamá tiene todo bajo control, pero quiero estar temprano en la mansión para ver que nada falte. Quiero que todo salga perfecto. Así es que arriba dormilona.

―Está bien, ya me levanto.

Unas horas más tarde, Brittany, Santana y sus mellizos llegaban a la mansión, donde Maribel se encargaba de la organización de la boda.

Brittany recorrió con ella la mansión y se alegró de que su suegra tuviera todo perfectamente organizado.

La ceremonia se realizaría al aire libre a un costado de la piscina.

Habían dispuesto sillas blancas para los invitados y una alfombra roja por la cual las novias caminarían hasta llegar al arco de flores donde intercambiarían votos matrimoniales.

Todo estaba perfecto tal y cual lo habían imaginado semanas atrás cuando elegían la decoración de la boda.

En el cuarto de invitados, Brittany terminaba de prepararse para el gran día.

Emily y Rachel se ocupaban de vestir a los mellizos, mientras Marley la ayudaba a colocarse el vestido de novia.

Brittany decidió peinarse con un sencillo moño bajo adornado por una orquídea blanca. Por accesorios solo llevaba puestos unos aretes de diamantes en forma de gota que la abuela de Santana le había regalado. El ramo de novia era una mezcla entre rosas rojas y orquídeas blancas.

Ya estaba lista, solo faltaba que llegara su hermana a buscarla, para dirigirse al altar, la ojiverde la entregaría en este día tan especial.

Cuando Quinn entró en la habitación y vio a su hermana quedó paralizada.

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