Capitulo 33

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El día domingo, como cada semana, Brittany, Santana y los mellizos se subían a su auto y salían en dirección a la mansión López.

Almorzaban cada domingo con la familia de la morena.

Para la mamá y la abuela de Santana los pequeños mellizos eran su adoración y los consentían en todo.

Los hermanos Samuel y Barbie, ya de seis meses, eran el centro del universo en esa inmensa casona.

Pasaban de los brazos de su abuela, a los brazos de la bisabuela hasta los brazos de la tía Emily.

El pequeño Samuel tenía las facciones de su morena mamá, el cabello morena, pero los ojos azules de su rubia mamá.

Mientras que Barbie tenía una pelusa rubia cubriéndole la cabeza, algunas facciones de su rubia mamá, como la respingada nariz, pero los hermosos ojos oscuros de su morena mamá.

Los mellizos eran una mezcla perfecta entre Santana y Brittany.

Luego de un rico almuerzo en familia, al cual se habían unido Kitty y sus padres, Brittany y Santana tomaron a sus hijos y subieron con ellos a la antigua habitación de Santana para que durmieran una siesta.

Samuel decidió que ese era un buen momento para vomitar sobre el hombro de su mamá más alta. Ésta dejó a los mellizos con Santana, se ocuparía de hacerlos dormir, mientras Brittany entraba al baño a lavarse y cambiarse ropa.

Santana se acostó en el centro de la cama abrazando a un bebé a cada lado. Encendió el televisor y buscó el canal de dibujos animados hasta que lo encontró.

Media hora después Brittany salía del baño y se acercó hasta la cama y se le encogió el corazón ante la imagen que estaba mirando en ese momento.

Santana dormía profundamente con la boca entreabierta, mientras que Samuel y Barbie miraban los dibujos animados en la televisión, con los ojos muy abiertos.

Mientras veía a su familia, Brittany pensó que no podía imaginarse una vida sin Santana, sin su sexy y testaruda abogada nada tendría sentido.

Santana y sus bebés eran la mayor bendición que podría recibir en esta vida.

Mirándola ahí dormida, repasó todos los momentos vividos con su morena.

Todo el camino recorrido hasta ese momento. Pensó en lo que tendría que hacer esa tarde, porque ella quería envejecer junto a esa linda y sexy morena.

Brittany se acurrucó junto a sus tres amores, hasta que los bebés se durmieron y ella salió de la habitación, debía encontrar las palabras correctas para lo que iba a decir.

Dos horas más tarde, Santana era despertada por el llanto de Samuel, quien asustó a su hermana y la despertó.

Brittany corrió escaleras arriba para llegar al rescate de Santana. Luego de darles de comer y mudarlos los bebés se calmaron.

Los cuatro bajaron juntos al salón familiar, donde estaba el resto de la familia, que compartían animadamente.

Brittany que tenía a Samuel en su regazo, se levantó para dárselo a Emily y se encaminó hasta entrar en la cocina.

Un minuto después, salía acompañada de la mujer de servicio de la casa, que llevaba una bandeja con copas llenas de champagne. Todos la miraron extrañados por las copas y la actitud de Brittany.

―¿Britt qué pasa? ¿Se nos olvidó celebrar algo?―le preguntó Santana, que estaba curiosa por saber qué se traía la rubia entre manos.

―Sanny―se aclaró la garganta―Quiero que te quedes aquí a mi lado y les pido a todos que escuchen lo que tengo que decir. Solo les robaré un minuto por favor.

RojoWhere stories live. Discover now