26| No has visto Twitter verdad

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La luz del sol se filtraba perezosamente por las cortinas entreabiertas, dibujando rayas doradas en el suelo de la habitación. Me encontraba sentado en el borde de la cama, tratando de calmar el torbellino de pensamientos que me asaltaba. La resaca hacía estragos en mi cabeza, pero era el remordimiento lo que pesaba más.

El zumbido insistente del teléfono me sacó de mi ensimismamiento. Al ver el nombre de Ruslana parpadeando en la pantalla, mi corazón dio un vuelco. Sabía que tendría que enfrentar las consecuencias de mis acciones, pero no estaba preparado para ello.

"¿Martín, qué cojones te pasó anoche? No has visto Twitter verdad", preguntó Ruslana, su voz llena de preocupación y confusión.

Tragué saliva con dificultad, tratando de encontrar las palabras adecuadas para explicar lo inexplicable. La vergüenza me envolvía como una manta, haciéndome desear con todas mis fuerzas desaparecer.

"Lo siento, Ruslana. No sé qué decirte", murmuré, sintiendo el nudo en mi garganta haciéndose más grande con cada palabra.

"No me digas que no tienes ni idea. Estás en tendencias en Twitter con el hashtag #Martininfiel. ¿Qué mierda te pasó anoche?", insistió Ruslana, su tono adquiriendo un matiz de urgencia.

Quise desaparecer, esconderme del mundo y de sus juicios implacables. Pero no podía escapar de la verdad, por más dolorosa que fuera. "Lo siento, Ruslana. No puedo explicarlo ahora mismo. Necesito tiempo para procesarlo todo", dije con voz entrecortada, deseando poder borrar las últimas horas de mi memoria.

"Está bien, Martín. Tómate tu tiempo. Pero necesitamos hablar de esto en algún momento. Te llamaré más tarde", respondió Ruslana con comprensión antes de colgar.

La habitación se sumió en un silencio tenso cuando dejé caer el teléfono sobre la cama. ¿Cómo iba a enfrentarme a las consecuencias de mis acciones? ¿Cómo iba a explicar lo inexplicable a Ruslana mi mejor amiga desde hace tres meses?

Antes de que pudiera encontrar una respuesta, un golpeteo suave resonó en la puerta, sacándome de mi torpor. Mi corazón se aceleró debido a que creía que Juanjo se despertaría pero Juanjo no estaba en ningún lado ya que la borrachera y la angustia me lo hizo imaginarmelo la noche anterior. Con pasos vacilantes, me acerqué a la puerta y la abrí lentamente. Frente a mí estaba Eric, con una expresión preocupada en su rostro. Su presencia me golpeó como una ola, recordándome todo lo que había sucedido la noche anterior y los remordimientos que me consumían.

—¿Martín, estás bien? —preguntó Eric, su voz llena de genuina preocupación.

Un nudo se formó en mi garganta mientras luchaba por contener las lágrimas que amenazaban con escaparse. ¿Cómo podía enfrentarme a Juanjo después de lo ocurrido? ¿Cómo podía explicarle la verdad sin destruir lo que quedaba de nuestra relación?

— Lo siento, Eric. No estoy bien —murmuré, dejando que las lágrimas finalmente se desbordaran mientras me dejaba caer en sus brazos.

El peso de la culpa y el remordimiento se hicieron insoportables mientras me aferraba a Eric, deseando poder retroceder en el tiempo y deshacer todas las decisiones equivocadas que había tomado.

—Martín, sé que algo te está afectando. ¿Por qué no damos una vuelta para que te despejes un poco? —propuso Eric, con una sonrisa amable mientras me mantenía aferrado a él.

Su propuesta me hizo soltar una risa irónica. "Estoy siendo viral en Twitter con el putisimo hastag de qué soy un infiel, ¿qué parte no entiendes de que ahora mismo ni ganas tengo de salir de mi casa?", pensé para mis adentros. Pero algo en la mirada preocupada de Eric me hizo reconsiderar.

Armonía prohibida (Ot 2023)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora