39| Encerrados

1.5K 46 28
                                    

— ¿Estás ya? — Le dije a Juanjo una vez que termine de atarme los zapatos

— Si vamos — Dijo agarrando su móvil

Una vez que fuimos a la puerta de la entrada nos dimos cuenta que estaba cerrada, la pasión en el vestuario se nos había ido bastante de tiempo.

— Juanjo no me jodas — Dije sacudiendo la puerta con el.

— Llama a alguien a Noemí quién sea — Dije nervioso.

— No hay cobertura — Dijo llevándose las manos a la cabeza.

— De puta madre — Dije histérico.

— Haber Martin tranquilizate, tiene que haber algún vigilante ahora.

— A las 11 de la noche quien va a haber — Bufé.

— Bueno vamos a ver, tranquilízate — Dijo en un tono sereno Juanjo.

— Holaaaaa hay alguien — Comenzamos a gritar a la paz.

— Juanjo que no hay nadie — Dije tras un rato después de haber estado gritando en busca de alguien de seguridad.

— Que hacemos — Dijo Juanjo sentándose al lado mía en una de las banquetas de la grada.

— Habrá que dormir aquí Juanjo porque otra cosa — Dije pasándome las manos por la cara.

— ¿Te has enfadado conmigo? — Pregunto Juanjo con delicadeza.

— Que? No, no, simplemente me agobia que nos regañen o algo mañana, todo ha sido por mi culpa — Dije entre risas

— Que? Que va.

— Si no me hubiera abalanzado hacia a ti hubiéramos salido a la hora que han salido todos — Dije sonriendo tímidamente.

— Bueno, abalanzate cuando quieras, me ha encantado — Dijo vacilandome.

— Que idiota — dije soltando una carcajada dándole un golpe flojo en el pecho.

— Vamos a los camerinos o que — Dijo bajando las escaleras de grada que van de camino a la pista.

— A los camerinos para que?

— Martin Urrutia, para preparar donde vamos a dormir, pero que si quieres otra ronda yo te la doy encantado — bromeó

— Gilipollas — Dije sacándole el dedo y seguido acompañadole.

Ya en el camerino, me produjo bastante risa ver cómo estaba todo desordenado, los cojines tirados, las cosas del tocador por el suelo, el cristal lleno de vaho.

— Parece que han entrado a robar en el camerino — Comentó entre risas Juanjo mientras colocaba las cosas.

— Madre mía Do, jamás pensé que íbamos a dormir en un estadio antes del concierto.

Acabo de decir do?

— Do — Repitió Juanjo con una sonrisa mientras colocaba los cojines del sofá.

— ¿Que pasa? — Pregunté un poco nervioso.

— Nada, que hacía mucho que no me llamabas do, me ha gustado — Dijo con una sonrisa tierna.

—Tienes razón, Do —dije con una sonrisa, relajándome un poco más en el sofá improvisado del camerino—. A veces, las mejores cosas suceden cuando menos lo esperamos.

Juanjo asintió, echando un vistazo al caos organizado a nuestro alrededor—. No es la primera vez que acabamos en una situación así, ¿verdad?

Reí ante su comentario. —Definitivamente, somos expertos en meternos en líos inesperados.

Armonía prohibida (Ot 2023)Where stories live. Discover now