Armonía prohibida (Ot 2023)

31| Walk of Shame

Todos los que me conocen saben que soy un apasionado del cine en todas sus facetas: desde el vestuario hasta la cinematografía y la actuación. Sin embargo, lo que más me fascina son ciertos tipos de escenas que, en algunas películas, reflejan aspectos particulares.

Una de mis obsesiones es el "female rage", conocido vulgarmente como la rabia o el sufrimiento femenino. Me cautiva la intensidad con la que una mujer puede transmitir su rabia interna, posiblemente debido a su descontento con alguna situación. Mi escena favorita siempre será la de la película "Pearl" de la productora A24, donde la protagonista es rechazada en un casting y grita "¡Por favor, soy una estrella!"

También siento una gran fascinación por el famoso "Walk of Shame", término utilizado en muchas películas y series. Se refiere al momento en que alguien sale de la casa de una aventura sexual, posiblemente con alguien conocido la noche anterior, luciendo desaliñado, con el pelo alborotado y al menos una prenda de ropa faltante.

Si el "paseo de la vergüenza" implica sexo, es probable que la persona esté usando la ropa de su pareja. En caso contrario, es probable que haya estado involucrado en una pelea, dañado propiedad, sido expulsado de algún lugar o de alguna manera se haya avergonzado a sí mismo.

Lo que el cine rara vez muestra es que, a veces, la vida puede parecerse a un guion de comedia elaborado por un director bastante travieso.

— No, no, no, dime qué no está pasando esto porfavor — Pensé para mis adentros nada más levantarme y ver qué me encontraba completamente desnudo en la misma cama que Álvaro.

— Pero que cojones, que cojones, que cojones ha pasado por dios — Susurre mientras intentaba ponerme la ropa silenciosamente.

— Y mis calzoncillos? — dije entre susurros hablando solo prácticamente pálido ya que me esperaba lo peor.

Tras tener todo bajo control y estar vestido y con mis cosas, salí rápidamente de su habitación ya que necesitaba salir cuanto antes de su piso, lo que no me esperaba es que justo, en ese momento Salma y Bea llegaran justo.

— Anda Martin que haces aquí — comentó bea con una amplia sonrisa mientras colocaba unas bolsas de la compra en la mesa del salón mientras hacía bastante ruido.

— He dormido aquí con Álvaro, que no quería dormir solo y eso, pero que bueno que ya me voy eh no os preocupéis, decirle a Álvaro que me he ido que sigue durmiendo.

— Vale nosotros le avisamos — dijo Salma mirando con complicidad a Bea.

Con el corazón latiendo con fuerza, traté de mantener la compostura mientras escuchaba las risas nerviosas de Salma y Bea. Intenté ocultar mi incomodidad con una sonrisa forzada mientras me despedía apresuradamente y me alejaba de esa situación incómoda.

Caminando por las calles, me sentía como el protagonista de una comedia absurda de mierda  hecha por Santiago Segura. ¿Cómo había llegado a esa situación surrealista? Mis pensamientos se agolpaban en mi mente, intentando encontrar una explicación lógica a lo que acababa de suceder.

— Ruslana, Ruslana, Ruslana — Repetia una y otra vez mientras buscaba su número de teléfono para llamarla.

— Hola, Pumuqui, que pasa — Respondió al cogerme la llamada.

— Ruslana eh podemos vernos, creo que la acabo de cagar muchísimo madre mía madre mía — Dije llevándome la mano libre a la cabeza.

— Martin que pasa? Donde estas ahora? Estoy por la zona de matadero creo Ruslana, no tengo ni idea simplemente estoy andando y dando vueltas sin rumbo.

— Cógete el bus y vente para mi casa anda, Sabes que parada es verdad.

— Si — Conteste decidido mientras fui dirección a la parada de autobús.

Ya montado en el autobús no paraba de darle vueltas a la noche anterior, me agobiaba pensar que Álvaro y yo nos habíamos vuelto a acostar, no podía hacerlo esto a Paul, no podía hacerle esto a Juanjo. Intentaba una y otra vez recapitular lo sucedido pero a partir de la 3 copa de vino todo se desvanece.

Ya en la parada que justo está a escasos metros de la casa de Ruslana, siento que puedo respirar con calma.

Cuando por fin llegó a la casa de Ruslana, me abre una Ruslana despreocupada que justo se acaba de levantar y está bebiéndose un café tranquilamente, lo malo es que la calma le va a durar poco.

— ¿Que pasa? — Dice ella cerrando la puerta tras entrar.

— Eh, creo que he follado.

— ¿No te habrás tirado a un fan no? — dice prácticamente pálida.

— Peor, me he vuelto a follar a Álvaro.

— QUE, PERO SI ESTA CON PAUL IDIOTA.

— Ruslana que ya no, lo han dejado o se han dado un tiempo, me lo ha dicho Álvaro

— Cariño, pero que tenemos una gira en transcurso que en una semana estamos en Fuengirola, Martin esque no te puedes estar quieto eh.

— No me hagas sentir peor Ruslana que tengo una angustia — Dije poniéndola un puchero.

— Ven aquí anda — Dijo abrazándome mientras se subía a mi regazo.

— Encima me han visto Salma y Bea huir del piso sobao, porque justo llegaban ellas dos.

— Y será verdad — Dijo soltando una carcajada.

— No te rías idiota, que no se que ha pasado aún, porque no me acuerdo.

— Pues si que te sienta mal el vino a ti.

— Desnudo integral he acabado en la cama de Álvaro, así me he despertado — Dije pasándome las manos por la cara.

— Pues hijo más claro que el agua....¿te duele el culo?

— RUSLANA, No no me duele el culo.

— Pues entonces le tiene que doler a Álvaro.

— Callate ya porfavor — Dije muerto de la vergüenza.

— También te digo Martin, no te tienes que sentir mal, osea que cojones, estás soltero faltaría más, y Álvaro por lo que veo también.

— Ya tía, pero que en menos de un mes desde que lo deje con Juanjo me he liado con dos tíos, que me siento mala persona, me siento sucio te lo juro, esque no entiendo porque lo hago, actuó impulsivamente.

— ¿Crees que actúas por despecho? — Pregunto Ruslana.

— No, no creo, no lo sé, no, simplemente tengo las emociones un poco desniveladas, no se Ruslana.

— Ay que cabecita tienes hijo — Dijo dándome un beso en la cabeza.

— ¿Y con Álvaro no has hablado nada me imagino?

Niego ante su pregunta.

— Si he huido de su piso Rus — Comenté soltando una carcajada.

— Madre mia Martin — Río divertida ante mi comentario.