CAPÍTULO 31

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Actualización 2/2


Xie Lian se maravilló con la estructura delicada de la mariposa, pensó que fue su idea, juro que sintió la mariposa estremecerse, pero viendo que no sucedía nada más cuando siguió acariciando, él se giró quedando completamente al frente a una foto de una hermosa mujer.

Aquella mujer vestía ropas negras y azules, su mirada seria al estar sosteniendo un libro antiguo le dio entender que la chica era muy inteligente y virtuosa, a comparación de él, él simplemente era inteligente, su comida no era tan buena incluso era tan problemático que ni siquiera sabia como terminaba en problemas.

Lo que más le llamo la atención fue una foto de ella embarazada siendo abrazada por Hua Cheng. Xie Lian entendió.

Se sintió triste, una pesadez se instaló en su corazón al reconocer a la antigua esposa de Hua Cheng, porque él sabía, Hua Cheng, no le pediría tener un hijo si no fuera por ella.

Era su reemplazo.

En vez de llorar, Xie Lian solo sintió pena por sí mismo, su mala suerte incluso llegaba más haya de los años, supo en ese instante que nunca podría tener el lugar de ella, Hua Cheng solo quería a su hijo porque le recordaba a ella.

- ¿Qué estás haciendo? ¿Cómo entraste a mi habitación? ¡No la toques! - grito para luego arrebatarle la foto de ellos sosteniendo el vientre de Ling Wen.

El tiempo en que los movimientos de los vampiros se hacían cada vez menos rígidos cada vez que la noche se acercaba

- lo siento, no pensé que sería tu habitación

- ¿entonces qué pretendías? ¡¿matarme?!

- no, no, solo estaba haciendo mi trabajo, estaba limpiando y

- haciendo tu trabajo... - dijo en voz baja para luego reír

- lo siento, me iré ahora mismo - dijo para luego girarse.

En el momento en que Xie Lian salió del agarre de Hua Cheng, este lo vuelve a tomar de los brazos, el dolor se extendió por sus extremidades, tembló por la furiosa mirada de Hua Cheng.

- No solo entras en mi habitación sin permiso, sino que también te atreves a "salvar" a esos híbridos que estaban colgados de la leñera, dime Xie Lian - gruño su nombre con desprecio, al mismo tiempo Xie Lian sintió algo más que no entendió - dime, ¿quién te dio el poder, el derecho de moverte por la casa como si fueras el dueño? ¿Quién dijo que podías hacerte el héroe al dejar a esos engendros vivos?

Xie Lian no respondió, las lágrimas que habían amenazado por salir hace unos momentos, ahora se retuvieron en la esquina de sus ojos, no soportaría otras feas palabras por parte de Hua Cheng.

Xie Lian fue zamarreado por Hua Cheng, pero él no respondió, al final él solo lo miró en silencio esperando a que se calmara para explicar, pero viendo que eso no sucedía y que solo empeoraba más las cosas, Xie Lian opto por algo que lo harían perder la cabeza.

Xie Lian se abalanzó contra Hua Cheng, la sorpresa en la mirada de este eran tan graciosa como el hecho de que los brazos de Xie Lian se encontraban abrazando ese rígido cuerpo de Hua Cheng.

Tuvo que tragar para que su voz no se sintiera temblorosa.

- Lo siento - respondió contra el pecho de Hua Cheng - no quería meterme en tu vida privada, solo quería limpiar - un sollozo fue silenciado por su propia mano

- perdóname, no pude dejar a esos niños colgados, soy humano y me duele lo que haces

- pero prometo - dijo con la voz clara, su rostro se enfrentó a esa fría mirada - prometo darte un hijo, si eso te hace feliz, al menos déjame darte a mi hijo.

- Pero por favor - lloro por el dolor en su corazón - por favor cuida de mi hijo, sé que me mataras, así que no seas duro, por favor...

Hua Cheng no dijo nada, solo se mantuvo sosteniendo el cuerpo tembloroso de Xie Lian, sintió simpatía por él al estar dispuesto a darle un hijo, lamentaba el hecho de que no solo él morirá, sino que su bebe también seguiría su camino.

Después de mucho tiempo, Hua Cheng sintió culpabilidad, sabía lo que hacía en ese momento y se odiaría en un futuro por hacerlo.

Su mano tomó con delicadeza el rostro de Xie Lian, sus rostros se alinearon para darse un beso delicado, sus labios apenas se rozaron para entregar sus sentimientos confundidos.

Los abrazos de Hua Cheng rodearon la cintura del contrario para luego arrastrarlo hacia la cama, al menos trataría de ser amable con él, no prometía que no mataría a Xie Lian y a su hijo.

Lo menos que podía entregarle en ese momento era la promesa de cuidarlo y de tratarlo bien hasta que su contrato se cumpla, esa noche Xie Lian fue tratado de otra forma, nada le dolió, nada se sintió forzoso.

Lo que hicieron ese día se marcaría en su alma, lo que sucedió ahí era algo que no se podía ver ni siquiera tocar, el anhelo era claro, la devoción con la que se entregaron fue dolorosa y anhelante para ese corazón que insistía en querer.

Detrás de la Maldición - HuaLianWhere stories live. Discover now