13: Cornucopia.

8.4K 797 15
                                    

[2 días después]

La cueva nos ha servido de refugio por estos días. Peeta realmente me ha sorprendido con sus acciones, desde ayudarme con la recuperación de la herida hasta besarme, algo que seguramente el Peeta de antes de la cosecha hubiera odiado. Los cañonazos no dejan de sonar, recordándonos que seguimos en Los Juegos del Hambre y, que, en algún momento deberíamos salir de nuestro escondite y luchar por nuestras vidas.

Peeta entra con una cuchillo carnicero en mano, le miro confusa.

-Deberiamos salir a por comida. Se nos acabo- asiento con una mueca.

Me levanto y cojeo hasta la salida con en siguiendome, me amarro el cinturón de cuchillos a la cintura y la espita.

Caminamos buscando comida pero debido al sordo ruido que daba al cojear espantaba a los pocos animales que se nos acercaban.

-Ahí- susurra Peeta deteniendome. Le miro confusa para luego mirar en la dirección que él lo hacía.

Un animal verdoso, parecido a una iguana, se arrastraba por la tierra con lentitud. Saco un cuchillo de mi cinturón y sin esperar lo lanzo acertandole.

-¿Esa cosa es comestible?- pregunta Peeta señalando al animal.

-Si- respondo con simpleza.

Lo descueramos y cocinamos sin inportarnos el que algún tributo vea el humo.

-Lime- tiro los huesos del animal a las cenizas.

-¿Si?.

-¿Desde cuando comenzaste a sentirte atraída por mi?- tartamude, avergonzada y sorprendida por su pregunta.

-Yo...este...yo...- me regaño mentalmente por lo patética que sonaba- desde los doce años- fijo mi vista a las cenizas de la fogata. Sintiendo los arreboles depositarse en mis mejillas.

-Oh- soltó sorprendido.

-Si, oh- sacudo mis manos volviendo a levantarme con lentitud.

-Lime.

-Mejor sigamos, ¿si?- hablo cansada. Él asiente suspirando.

***

La noche cayo de sopetón, logrando que nos confundiéramos y preguntáramos qué ocurría.

-Peeta, ¿qué fue ese ruido?- miro tras de mi empuñando un cuchillo.

-Vamonos- me toma por el brazo alejandonos de ahí.

Los pasos incrementaron y de las sombras aparecieron Thom y una tributo con armas en mano, enseguida corrimos intentando alejarnos de nuestros atacantes.

Unos rugidos se oyeron y luego los vimos. Unos mutos nos perseguían.

Corrimos con todas las fuerzas logrando que lo poco que había cicatrizado mi herida se desgarrara en segundos.

Llegamos a la cornucopia, Peeta me tomo por la cintura impulsándome para arriba y luego yo le ayude a subir.

-Mutos- jadea Peeta con una mano en su pecho y la respiración descontrolada.

-Lime, dulzura- susurra tenebrosamente alguien. Mi piel se eriza enseguida- Ven con mamá- vuelve a hablar.

-¡¿Quién dijo eso?!- grito alterada.

-Ven aquí, Thom. Juguemos.

-¡¿QUIÉN LO DIJO?!- grita él.

-Son los mutos- jadea la chica.

-Peeta, tengo a alguien especial- nos alejamos de las orillas temiendo que se nos acerquen más.

Luego del descanso, comienza la guerra. Thom vino sin dudar en mi dirección, no me queda más que levantarme y defenderme.

Me derriba con facilidad, quedando sobre mi sujetando mis manos.

-Esto va por Aler- modula con odio.

-Aler no hubiera vengado tú muerte- ataco con palabras- Uno menos en el juego, ¿no lo creés?- su guardia baja- Si hubieras muerto tú en su lugar, él solo me hubiera felicitado por hacerle el trabajo.

-¡MENTIRA!- grita sacanfo mi cabeza por el borde de la cornucopia. Grito aterrada, sabiendo que los mutos podrían arrancar mi cabeza de un mordisco.

-¡ALER ERA MI AMIGO!- grita sacudiéndome por los hombros con furia.

-¡TÚ ALIADO Y NADA MÁS!- las lágrimas corren por mis mejillas mientras Thom saca cada vez más mi cuerpo por el borde.

-Jamás debí ofrecerme para Los Juegos- llora negando- esto me esta volviendo loco.

Siento un rasguño en mi espalda que hace que abra los ojos a tope y un grito desgarrador salga de mi.

-¡DEJALA EN PAZ!- Peeta se va contra Thom cayendo los dos fuera de la cornucopia.

UNA HISTORIA DIFERENTE.➹Peeta Mellark.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora