16: Caminos diferentes.

8.3K 819 55
                                    

Luego de las preguntas vienen nuestros mejores momentos en la arena. Mis mejillas arden al verme llamar a Peeta en sueños.

La ceremonia de coronación llega, el presidente Snow parte la corona en dos y nos la coloca a cada uno, noto como se queda unos segundos más con Peeta. Nos toman un par de fotografías para luego dejarnos subir al tren de regreso al 12.

Me quedo dormida a penas mi cabeza toca la almohada. Despierto por culpa de una terrible pesadilla. Me levanto con ayuda de los soportes y me encamino hasta la sala común. Al entrar caigo en la cuenta de que no hay nadie más que Peeta, inhaló y exhalo armandome de valor. Me le acerco.

-Todo fue una farsa, ¿no?- pregunto resignada. Los músculos de su espalda se tensan, ladea su cabeza.

-Era eso o morir- responde con frialdad. Bajo la cabeza, suspirado cansinamente.

-Otra vez lo hiciste, Peeta- él no responde- Llegando al 12, tú por tú camino y yo por el mío. No quiero volver a sufrir por tu culpa- el se voltea y por una fracción de segundo sus azules orbes conectan con los míos.

***

-¡Querida, ya llegamos!- exclama Effie jubilosa.

-

¡Enseguida salgo!- exclamo saliendo del baño.

Voy hasta la sala, todos están ahí.

-Peeta te cargará- avisa Haymitch, estos sus manos para quitarme los soportes. Retrocedo.

-Yo puedo sola- fuerzo una sonrisa.

-Como quieras- me mira con visible sorpresa.

Nos colocamos frente a las puertas de entrada y, cuando estas se abren, todo el distrito 12 nos recibe entre vítores y aplausos. Siento la calidez de otra piel tomar mi mano, alzamos los brazos logrando incrementar los vítores.

Visualizo a mis padres entre el gentío y por fin luego de estos días de miseria sonrío con los ojos bañados en lágrimas. Suelto la cálida mano de Peeta y salgo rápido intentando llegar cuanto antes hasta ellos. Al encontrarnos suelto los soportes com brusquedad y me abalanzo sobre ellos.

-Lime, mi bebé- solloza mamá, besa todo mi rostro empapándome con sus saladas lágrimas.

-Sabía que lo lograrías, bebé- papá sonríe conmocionado. Besa mi frente y frota mi espalda.

-Vamos a casa- suplico bajando la cabeza. Papá me carga en brazos mientras mamá lleva mis soportes.

-¿Cómo van tus heridas?- pregunta mamá con cautela.

-La de mi espalda no es más que una cicatriz ya que se atendió enseguida, pero la de mi pierna estuvo días sin ser tratada adecuadamente así que es definitivo que quedaré con una pequeña cojera ya que paso a llevar un nervio importante- respondo sin emoción alguna.

Al llegar a la villa de los vencedores, veo a lod Mellark transportar sus maletas hasta su nueva casa.

-Nosotros ya hemos traído las cosas- informa papá antes de entrar en el premio qur gané por salir con vida de la arena.

La casa es enorme, veo el toque de mamá por todos lados. Papá me recuesta en el sillón y mamá deja los soportes a mi alcance.

-¿Quieres algo, mi vida?- pregunta mamá nerviosa, sobando sus manos con una tensa sonrisa.

-Solo quiero dormir- suspiro mirando mis manos. Ellos suspiran derrotados.

-Ven, bebé- papá me toma en brazos y me lleva hasta la que acordaron sería mi habitación- Descanza todo lo que necesites, Lime.

-Gracias- murmuro al ver como cierra la puerta tras él.

Me saco la ropa y me coloco el pijama para luego esconderme bajo las sabanas y pensar en todas las atrocidades que he cometido y que nunca dejaran de atormentarme.

***

-Linda, haz algo- pide mamá desesperada, observandome desde el umbral de la puerta. Le miro de soslayo y niego.

-No tengo ganas- me excuso cubriendo mi frágil cuerpo con una manta.

-Hija, se que fue horrible por lo que tuviste que pasar, pero...

-Tú no sabes nada- digo entre dientes, repentinamente enfadada ante su falsa comprensión- Nadie entiende mas que Peeta y Haymitch lo que sientes al estar allí dentro.

-Lime, me duele verte en este estado, hija- solloza, logrando hacerme sentir aun más miserable.

-Solo...vete, mamá- cierro los ojos evitando mirarla. Se escucha un último sollozo antes de que la puerta de cierre.

***

-Hija, tienes visita- noto un tono esperanzador- ¿Le digo que pase?- no respondo, se quien es.

Miro la nieve cubrir la entrada de casa y como papá la aparta para que no quede tapada. Escucho la madera crujir a mi lado.

-Lime.

-Vete- murmuro ronca. Él me ignora y aparta mis piernas para tomar asiento frente a mi.

-Me contaron como estabas y, sinceramente, no lo creí. Niña, se por lo que estás pasando, yo igual lo pasé y no sirve de nada hundirse en un agujero. Recuerda, eran ellos o tú- le miro.

-Le quité la vida a esos chicos. Yo, Haymitch- mi vista se nubla por culpa de las lágrimas.

-No fue tu culpa, niña- niega palmeando mis piernas- Respecto a Peeta...

-Solo estaré junto a él cuando sea necesario- él me ignora.

-Peeta lo hizo para que ustedes se salvaran, solo que tú en verdad estás enamorada de él y fue más fácil para él.

-Vete, Haymitch- pido ocultando mi rostro en la manta. Él suspira y luego de unos segundos ya no siento su presencia merodear por mi alrededor.

UNA HISTORIA DIFERENTE.➹Peeta Mellark.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora