37: ¡VENGO POR EL BEBÉ!

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Lime

Cada día una tortura, torturas juntas, torturas separadas, tortura es la palabra que adorna mi mente, cada que finaliza la tortura me dan ése espeso líquido azul sin sabor que da náuseas, Finnick y yo no hemos hablado pero estamos ahí, uno al lado del otro brindándonos nuestra compañía.

No sé que día es pero se que ha pasado un buen tiempo al ver como mi barriga crece, como si las torturas no le afectaran a mi niño.

No me han sacado más para una entrevista ni a Finnick por lo que supongo que están esperando el momento indicado o ya abandonaron la causa,aunque según Finnick eso no pasará, ya empezo a arder la revolución y va a ser muy difícil apagar el fuego.

-¡Arriba!- los agentes de la a entran eni celda.

-No, por favor, no más torturas, no más electricidad- suplico sin oponerme cuando me toman de los brazos. Ya no tengo fuerza para pelear.

Me arrastran por el pasillo y ésta vez me llevan a otra habitación, una única camilla adorna el cuarto blanco para variar. Me recuestan en ella y me amarran con grilletes de cuero los tobillos, piernas, manos, pecho y frente a la camilla de metal.

-¿Qué me harán?, por favor dejen de torturarme no se nada, déjenme ir- el agente de la paz de mi derecha ríe.

-Suerte en ello- dice burlesco, les hace una seña a sus compañeros y se van dandole paso a unas personas extravagantemente horribles, cierro los ojos asustada y aprieto las manos en puños.

-Sueltalas- dijo con voz chillona una mujer, las apreté más pero solo conseguí que me golpearan la cara con una cachetada-¡Que las sueltes!- negué.

-Dejenme en paz.

Hubo un momento de silenció para luego sentir un aparato en mi barriga, lo mire asustada, era una especie de soporte con una manibela y una cuchilla larga al medio.

-La girare y rebanara tu barriga con tu crío dentro, decide, sueltas las manos o muere tu crío.

-SAQUEME ESO, YA LAS SOLTE!- ella sonrió como un vil muto y saco el aparato.

Las otras personas colocaron unos aparatos con tubos y líquidos dentro, enchufaron unos cables y me los colocaron dentro de la piel con agujas, grite tratando de liberarme pero no sirvió ya que la misma mujer de antes me señalo el aparato, lloré mientras me quedaba quieta.

Al terminar de conectarme esos tubos por todo el cuerpo se fueron sin antes darme de beber ese asqueroso líquido azul y reír en mi cara.

-Peeta...por favor, Peeta, ven a buscarme, prometiste no dejarme sola jamás, ayudame- susurre llorando.

-Louise Aime- miré a mi alrededor sin poder girar mi cabeza- No podras encontrarme así que no me busques- llore- Oh, una pena tener que verte en estas condiciones pero ya que no has respondido mis preguntas decidí sacar provecho de tú...presencia aquí en el Capitolio, que la suerte este siempre de tu lado, Louise Aime.

-¡NO, NO, DEJEME SALIR!- grité tratando de liberarme.

Del techo salió una pantalla donde quedo a tan solo milímetros de mi rostro, sentí un ruido, miré a mi costado y vi como el líquido recorría los tubos.

-AYUDA!- grité al sentir el tremendo ardor producto del líquido entrando en mi cuerpo.

Estuve un tiempo así hasta que todo estaba diferente, sentí un ruido y la pantalla comenzo a pasar imagenes de Peeta en la arena de nuestros primeros juegos....matando a Noha.

《Finnick》

Todo estaba en silencio, estaba viendo la celda vacía de Lime, estabamos muy descuidados, nuestras celdas estaban manchadas con nuestros desperdicios humanos, aparte de lo débiles que nos sentiamos, estoy tirado en el piso viendo la cama vacía de Lime, lo culpable que me siento no me lo quita nadie.

No he sentido a Annie desde hace días, el amor que tengo hacía ella se ha ido apagando y duele porqué la creía el amor de mi vida, ahora solo puedo pensar en mi amiga incondicional, Johanna.

Una risa débil salió de mi boca, todavía recuerdo una de nuestras últimas conversaciones, ahí dentro de la cueva de arena, cuando ella dijo "¿y si fallara el plan?" Me lo tome a gracia pensando seguro de que no fallaria y le respondí sarcástico "pues que se aseguren de llevarse al chico en llamas" pobre iluso que fui, debería haber pensado en esa alternativa. Bueno, ahora la estoy viviendo.

-¡ANNIE!-grite pero no escuche respuesta- ¿¡HAY ALGUIEN?!.

Hubo un momento de silencio antes de recibir respuesta.

-¡YO, BRUTUS!.

-¡¿ESTA ANNIE POR AHÍ?!- no recibí respuesta-¡BRUTUS!- nada.

Todo volvió a quedar en silencio.

《Lime》

-Peeta...viniste- dije viendo a Peeta frente a mi.

-Ya vine, Lime, pero....- le mire extrañada- ¡VENGO POR EL BEBÉ!- grito elevando un cuchillo.

-¡NO, DEJAME, ES TU HIJO, NO ME QUITES A MI BEBÉ, NO, FINNICK, AYUDAME, SACAMELO!- grité tratando de soltarme de las manos que me sujetaban.

-¡LIME, TRANQUILA, AQUI ESTOY!- desperte asustada y pataleando mientras apretaba mi barriga, respiré asustada y con los labios y boca secos.

-Finnick...- gatee hasta la reja y me arrodillé frente a él mientras él tomaba mi rostro y secaba mis lágrimas y repetía "sh, sh, sh".

-Tranquila, estoy yo aquí, no te dejaré sola- negué llorando entrecortadamente.

-No digas eso, no lo digas- el asintió y acerco mi mejilla a la reja y la beso con cariño.

-Yo te cuidare Lime, yo lo hare, por Peeta- le mire y llore.

-No lo menciones, por favor.

UNA HISTORIA DIFERENTE.➹Peeta Mellark.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora