58: Peeta

5.2K 422 35
                                    

Han pasado semanas desde la ejecución de Snow, no he tenido noticias de lo que pasará con Peeta o con Panem mismo.

Hace unos días se abrió una fosa común en la pradera, recolectan todos los cadaveres y los tiran en aquél gran agujero en la tierra. El 12 esta prosperando y me alegro por ello. Sae junto a su nieta vienen de vez en cuando y comemos juntas.

Tob a comenzado a balbucear, motivo de risa y ternura para todos. La casa se siente relativamente bien, si no fuera por el fantasma de mis padres al final del pasillo de las habitaciones estaría mejor, pero no me atrevo a entrar y ver sus pertenencias.

Por la mañana me levanto por los quejidos de Tob. Lo tomo en brazos y bajo para prepararle una papilla. Lo siento en la silla para comer, regalo de Effie desde el Capitolio, y se la doy, termina todo manchado de comida. Rio mientras le limpio la cara. Siento unos golpes en la puerta me levanto y voy abrir.

-Hola- saludo a Sae y a la pequeña.

-Buenos días, Lime- dice Sae pasando.

Caminamos hasta la cocina donde la pequeña enseguida comienza a hacerle mimos a Tob. Sonrío y tomo asiento para seguir dandole la comida y limpiando su rostro y manos.

-¿Hoy saldrás a ayudar?- pregunta mientras lava los platos. La miro de reojo.

-Si, me sirve para distraerme y sentirme mejor- digo sintiendo algunos remordimientos. Bufo y le doy la última cucharada a Tob- ¿Lo puedes cuidar?.

-Claro- dice secando sus manos- es muy tranquilo- sonrío.

-Iré a arreglarme- beso la frente de Tob y subo hasta mi cuarto.

Me arreglo para luego bajar y despedirme de todos. Salgo de casa y camino hasta el centro del distrito donde comienzo a barrer los restos de cenizas y cemento que quedan.

-Eh, Lime- alzo la mirada y veo a Thom venir con la carreta, se detiene y me saluda con un beso en la mejilla- ¿cómo esta el pequeño?- pregunta con una sonrisa.

-Bien, gracias por preguntar- le sonrío pero no puedo evitar mirar a la carreta- ¿mucho trabajo?- pregunto.

-Si- suspira. El ambiente se vuelve triste- cuando piensas que ya no habrán más aparecen bajo las cenizas- dice con voz estrangulada, sorbe por la nariz y se obliga a sonreír- pero eso ya es pasado, ahora Panem es libre, ¿no?- asiento con una pequeña sonrisa- Adiós, Lime, saluda al pequeño de mi parte.

-Por supuesto- le miro irse arrastrando la carreta en dirección a la pradera.

Siento las lágrimas luchar por salir, tanta gente muerta. Sacudo la cabeza y sigo limpiando las cenizas de la calle.

***

Me tomo un descanzo a medio día para poder ir a limpiarme y tomar algo de agua. Camino hasta la villa de los vencedores, saludo a la gente que sale.

-¡Ya llegué!- exclamo caminando hasta la sala de estar. Me detengo en seco- Peeta- susurro emocionada y perpleja.

Él me mira, en sus brazos carga a Tob. Paso la mirada de él a Peeta. Sae nos mira y estira los brazos para llevarse a Tob, Peeta se lo da y Sae va hasta la cocina.

-Debemos hablar- dice. Asiento y retrocedo para poder salir de casa.

Él me sigue hasta afuera, caminamos en silencio fuera de la villa de los vencedores.

-¿Cuándo llegaste?- pregunto tratando de aligerar el tenso ambiente.

-Hoy- responde.

-¿Te han dejado libre?, ¿no te harán nada?.

-No, el doctor Aurelius excuso el que halla matado a Coin por mi estado de mentalmente desorientado- dice sin sentimiento alguno.

-¿Eso es bueno?- le miro confundida.

-Me libro de que me ejecutaran, así que...si- sonríe con el ceño fruncido. Sonrío aliviada.

-Eso es genial- reímos para luego callarnos abruptamente- Peeta, yo...te iba a contar sobre Tob- me detengo frente a él- te lo iba a contar el día de la ejecución de Snow, luego de que lo mataras pero...ya sabes lo que paso- hago una mueca.

-Cuando visite a Snow en su invernadero me dio una pista de ello- le miro confundida- le reclame la muerte de Tob y él rio, dijo que al parecer hasta a los que amo me ocultan cosas- bajo la mirada con remordimiento- luego encontre aquella cuna y ropa de bebé y no supe que pensar. Ahora llego aquí y veo al bebé en tú casa.

-Estaba esperando a que llegaras para poder contartelo, Peeta. Jamás te ocultaría la existencia de nuestro hijo. Ambos sufrimos por su perdida. Todavía recuerdo ese sentimiento de como lo arrancaban de mi lado- comienzo a llorar- no podría negarte ese derecho. Nos necesita, a ambos- seco mis lagrimas y le miro.

-Te creo- dice luego de un rato- tranquila, ven aquí- me acerco hasta él y rodeo su cuello con mis brazos, él palmea mi espalda con suavidad- tranquila, ya paso todo- susurra contra mi oído. Asiento aún con mi rostro escondido en su cuello- Es hermoso, se parece a ti- dice cuando nos separamos. Rio secando mis mejillas.

-Tiene tus ojos- digo- vamos con él- rodeo su cintuea con mis brazos mientras él pasa un brazo por mis hombros acercandome a su cuerpo.

Al llegar a casa, entramos, Sae me avisa de que el biberón de Tob esta en la cocina ya listo, se despide de nosotros y se va dejandonos solos.

-¿Quieres darle de comer?- pregunto con una pequeña sonrisa viendolos desde el umbral de la cocina agitando el biberón. Él me mira y asiente sonriente.

Me acerco hasta él y me siento a su lado.

-Para tu suerte con el biberón es tranquilo, al comer es todo un payaso- rio tendiendoselo. Tob balbucea a lo que Peeta ríe.

-Me gustaría verlo- comenta, luego me mira- no se como hacerlo- sonrío y lo acomodo entre sus brazos, él esta estático sin saber que hacer.

-Relajate- le tranquilizo sobando su hombro- acercale el biberón- él lo hace y Tob inmediatamente lo rodea con sus manos sin despegar la vista del rostro de Peeta.

-Oh- es lo único que dice.

***

Cada día que pasa todo es perfecto. Peeta no se separa de Tob, salimos los tres, arreglamos la casa, mis sentimientos hacia él se intensifican, esto es lo que siempre soñe, tener una familia, sin Juegos del Hambre.

Entonces, cuando la noche cae me escabullo de mi habitación y voy a la de él. Me recuesto a su lado abrazando su pecho. Él pasa su brazo bajo mi cabeza.

-Me amas ¿real o no real?- pregunto luego de un rato en silencio. Él alza mi cabeza con su mano y mirandome a los ojos responde:

-Real.

UNA HISTORIA DIFERENTE.➹Peeta Mellark.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora