Capítulo 14

5.9K 538 8
                                    

¿Quién anda ahí­? -chilla el sapo verde, con las piernas temblorosas agitando su báculo.

Para ser un demonio eres demasiado asustadizo -camine hasta ellos.

Insolente -Dice enojado- ¿qué haces aquí?...-

Cállate...-Mire a Rin- ¿cómo logras soportar a este sapo irritante? -la pequeña se ríe.

Mocosa insolente como te atreves a llamarme así­ -me pega con su báculo- acaso no sabes que yo fui uno de los más grandes conquistadores de mi pueblo...eres una desconsiderada-patalea- ...una---

Ya, ya...solo era para molestarte un poco -sonreí victoriosa- caes muy---

Sentí la presencia de Horuko en los alrededores, verifique con mi olfato, definitivamente era él. Por instinto dirigí mi mano a mi espada, mire al sapo verde.

Jaken llévate a Rin lejos de aquí­ -Ordene.

No soy tú sirviente -soltó enojado- solo obedezco al Amo Bonito...-

¡Solo llévala lejos! –le envié una mirada amenazante.

Horuko se acerca...-murmure- ¡vete de aquí!, Jin cuida de Rin -al instante el hurón se transforma pone a Jaken en su lomo y sale volando junto al dragón.

¡Señorita ____!-ignore los llamados de Rin.

Corrí al encuentro de Horuko, para evitar a que rastreara el olor de Rin o de Jaken, detecte un segundo aroma me era conocido.

No puede ser -pensé, llegue a su encuentro.

Horuko detuvo su andar al verme a lo lejos, junto a él aparece una mujer de cabello negro y ojos rojos, desprendía un olor similar a Naraku.

Hola cariño...-La mujer a su lado me miraba detenidamente, examinando cada una de mis facciones.

Horuko -mi voz no mostraba emoción alguna.

Vi como este le hace una seña a la mujer y esta asiente, segundos después una ráfaga de viento hace que la mujer se alejara encima de una pluma, yéndose fuera de mi campo de visión.

¿Qué demonios estas tramando? -mi enojo me invade poco a poco.

¿Esa es forma de hablarle a tu padre? -finge indignación, mi rostro que anteriormente no mostraba expresión ahora mostraba furia- pero que hija más insolente me ha tocado...-sonríe de lado- tu madre estaría decepcionada por tu falta de respeto...

¡Cierra la boca! maldito imbécil -gruñí lo más fuerte que pude, sus ojos mostraban odio puro- ¡te prohíbo mencionar su nombre!, ¡me oíste!...

Haha, como era de esperarse...no creí que fueras igual a mí, cariño...-

Te equivocas -escupí cortante.

¿En qué? -alza una ceja, un sonrisa burlona surca en lado de su rostro, no podía determinar que planeaba hacer, me puse en guardia a cualquier tipo de movimiento que diera, mis oídos se agudizaban ante todos tipos de sonidos, mi vista permanecía en el sin perderme cada acción.

...tienes ese temperamento fuerte...—continua, sin quitar la vista de mi posición.

Fría...

Rencorosa....

Despiadada... -decía en cada paso que acercaba a mi­.

¡Cierra la boca! 

Y violenta -se detuvo a una distancia considerable- eres, muy parecida a mi­...-una vez más la sonrisa burlona.

Te equivocas -alce la voz, puse mi mano en mi espada.

Ah no...-suelta con sorna- tu pasado demuestra todo lo contrario...-mis ojos se abren ligeramente- o ya olvidaste, los pueblos que haz masacrado...

a cuántas mujeres haz descuartizado, hombres que haz degollado...-imágenes de aquella época me vienen a la mente- a cuantos niños inocentes les arrebataste la vida...-mi respiración se vuelve más pesada, una sensación cálida recorre mi cuerpo, las imágenes seguían pasando por mi cabeza sin parar.

Les arrebataste una vida llena de experiencias y conocimientos...-continuo- lo más valioso para un ser humano y solo...-de pronto siento como aquella calidez sube de nivel, mi sangre hierve- por tus caprichos...-trate de mantenerme al margen.

Ahora dime ______....aún crees que no eres igual a mí...-me mira a los ojos, sus ojos azules cambian a un rojo escarlata- mi sangre...fluye en ti...

No lo puedes evitar...-dijo al ver mi estado- ven conmigo y acabemos con la existencia de aquella insignificante criatura...-me extiende la mano.

Solté un jadeo casi inaudible, y lo mire con desprecio mientras ponía todo mi esfuerzo en mantener la cordura.

No era la primera vez que me ocurre, mis sentidos se están despertando y eso no era bueno, debía mantener la calma, mis garras habían crecido de sobremanera mis manos temblaban levemente.

Ya veo...-hable jadeante. Cerré los ojos por unos minutos, mire al Daiyokai que estaba frente a mí.

¿Crees que...-mi respiración se regula- reviviendo los fantasmas de mi pasado volveré a ser la misma de antes...-mis garras vuelven a su tamaño normal- y aceptaría tu oferta?... -la temperatura corporal se normaliza-...que ingenuo...-

Tome mi espada y apunté a Horuko- veo que olvidas que no soy una simple Yokai...-corrí­ a atacarlo, el choque de mi espada con su katana de doble filo provoco que salieran chispas.

Como tú lo has dicho...-dije mientras los empujaba hacia atrás, y me ponía en posición de ataque- tu sangre también está en mí...por lo que me vuelve alguien fuerte...-lo mire detenidamente- incluso más que tú -volví a atacarlo pero este esquiva mi espada saltando a unos metros de distancia. 

PRÓXIMO CAPÍTULO

Corazón HumanoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora